¿Por qué esperar siempre a San Valentín para ponernos romanticones en la cocina? No pasa nada por sacar nuestro lado cursi de vez en cuando si tenemos motivos para ello, sea el día que sea. Y un dulce tan aromático como este cake de limón y lavanda con glaseado de fresas merece ser compartido con quien más nos apetezca, sea nuestra pareja, la familia o unos amigos.
El molde con forma de corazón es opcional, pero si tenéis uno por casa está claro que irá más acorde con la receta. La combinación de limón con el aroma floral de la lavanda resulta delicada e irresistible, y el glaseado aporta un ligero toque de sabor y color muy apropiado para repartir amor con la cocina.
Precalentar el horno a 170º C y engrasar un molde con forma de corazón, o con otra forma. Tamizar en un cuenco la harina con la levadura química, el bicarbonato y la sal.** Mezclar con unas varillas en otro recipiente** el azúcar con el aceite de oliva, el zumo de limónny el queso fresco. Añadir los huevos y batir un poco.
Incorporar la harina y la lavanda. Mezclar todo bien hasta conseguir una masa homogénea y sin grumos. Llenar el molde, igualando la superficie, y hornear durante unos 35-40 minutos, hasta que al pinchar el centro con un palillo salga limpio. Desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.
Para el glaseado, lavar y trocear las fresas. Colocarlas en un cazo al fuego con el resto de ingredientes, y dejar cocer unos minutos hasta que estén muy blandas. Triturar con una picadora o batidora y ajustar el nivel de dulzor al gusto. Pintar el cake cuando todavía no esté frío para que absorba mejor el sabor.
Con qué acompañar el cake de limón y lavanda
En el desayuno, de postre o como merienda, este cake de limón y lavanda con glaseado ligero de fresas se adapta a cualquier momento del día en el que nos apetezca un bocado dulce. Podemos guardar el glaseado sobrante para servir añadir cucharadas extra en el momento de servir, como si fuera una salsa dulce.