Recetas de bizcochos hay muchas, pero creo que al final todos nos decantamos por los clásicos, y es que en cada casa tenemos nuestra versión predilecta. Creo que mis sabores favoritos, salvo en época navideña, son los cítricos, y especialmente el limón que tan buen aroma aporta a la miga. Este bizcocho jugoso de queso crema, limón, amapola y almendras es el ejemplo perfecto de lo que es para mí un bizcocho sencillo para cualquier día de la semana.
Cogí la idea de sustituir la mantequilla o aceite por un queso cremoso de este blog italiano, aunque en su caso usando mascarpone. Una tarrina de queso crema para untar -sin lactosa, en mi caso- que tenía a punto de caducar fue la excusa perfecta para poner en marcha el horno en esta ocasión, creando un bizcocho ligeramente húmedo, más ligero y muy sabroso, con ese punto crujiente de la amapola y el toque refrescante del limón.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde rectangular de tipo plum cake. Disponer los huevos en un recipiente mediano, añadir el azúcar y batir con batidora de varillas durante unos 3 minutos, hasta que tenga un color pálido y tengamos una textura esponjosa.
Añadir el queso crema escurrido de su líquido y la ralladura de limón, batiendo un poco más. Aparte tamizar o mezclar con unas varillas la harina con la levadura, la sal y las semillas de amapola. Incorporar los ingredientes secos a la mezcla de huevos y trabajar todo de forma suave hasta tener una masa homogénea sin grumos.
Verter en el molde, igualando la parte superior, y cubrir con almendras peladas crudas, picadas, laminadas o en bastones, y un poco de azúcar. Hornear durante unos 50-55 minutos, vigilando que no se quemen las almendras. Si se dorasen demasiado, tapar con papel de aluminio. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Con qué acompañar el bizcocho
Este bizcocho jugoso de queso crema, limón, amapola y almendras es perfecto para tomar en el desayuno, no resulta dulce en exceso ni tampoco es muy pesado. Podríamos servirlo de postre o merienda, mejor aún si lo decoramos con un glaseado sencillo de azúcar glasé y zumo de limón, o si añadimos piel de cítricos confitada a la masa. Recomiendo guardarlo en la parte menos fría de la nevera en estos meses de calor, así además podemos tomarlo bien fresquito.
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