El horno eléctrico es un comodísimo invento del siglo XXI, sin embargo, limpiarlo es y sigue siendo todo un engorro pese al avance que suponen los hornos pirolíticos o Aqua Clean.
Las bandejas y fuentes del horno se ensucian sin piedad con cualquier mínimo gesto, como el de colocar una pizza y, si no somos disciplinados en la limpieza, allí quedan los restos para el siguiente uso, siendo un foco de atracción de plagas y bacterias.
Las altas temperaturas que alcanza el horno son las responsables de carbonizar los alimentos y caramelizarlos al extraer sus azúcares convirtiendo su presencia en resistentes manchas difíciles de eliminar.
Al enfriarse, los alimentos nos lo ponen todavía más difícil para eliminar los restos, y esta limpieza en diferido es siempre más compleja que en caliente cuando uno está degustando lo que acaba de cocinar.
Ante esto, existe un truco para desincrustar cualquier resto de comida que se haya podido pegar a las placas de la manera más fácil.
Dos básicos
En esta materia hay dos ingredientes que son prácticamente milagrosos: son los básicos de la cocina, bicarbonato de sodio y vinagre, dos ingredientes indispensables en el armario de limpieza.
Simplemente hay que mezclar partes iguales estos dos ingredientes, en torno a media taza de cada uno y mezclarlos con agua caliente. Después hay que dejarlos actuar durante media de ahora o incluso hasta una hora sobre la bandeja en cuestión.
Acto seguido, hay que frotar la bandeja con el lado áspero de la esponja y realizar movimientos circulares con esta solución en la bandeja.
Finalmente, hay que lavarla con agua y jabón y secarla de inmediato. Los restos de comida habrán desaparecido y la bandeja estará brillante como nueva.
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