A veces nos centramos tanto en el sabor y los aromas que se nos olvida valorar como se merece la textura de lo que comemos. ¿Nunca os ha dado antojo de moder algo crujiente? A mí me encanta crear contrastes de texturas en una misma comida, y apetece más en el aperitivo. Por eso hoy os sugiero estas recetas de bocados crujientes para el picoteo del finde, que podéis combinar con lo que más os guste.
En este grupo entrarían desde esos panes típicos de bar, colines, palitos, rosquillas y regañás, hasta galletas saladas, biscotes o crackers. Son masas saladas que se distinguen por su pequeño tamaño, por ese delicioso crujir que producen al morder, y porque suelen ser bocados adictivos. Para mojar, untar, montar pequeños canapés o simplemente para picotear, no pueden faltar en un buen aperitivo.
Colines y grissini, pan en palitos
Cuando en las series americanas van a un restaurante italiano nunca falta el cubo de grissini como atrezzo en cada mesa. Es un detalle que siempre me ha hecho gracia, pero la verdad es que estos palitos de pan son demasiado tentadores para ir matando el hambre mientras llega la comida. Los que más me gustan son los italianos de verdad, esos muy finitos que crujen con mirarlos, pero las versiones más gruesas en palito también son deliciosos, y más fáciles.
Podéis animaros a prepararlos en casa con la receta básica de grissini, en su forma más simple con sal o añadiendo el toque de hierbas que más os guste. Probad por ejemplo también esta otra versión, unos ricos grissini al pimentón que están buenísimos acompañados de quesos. Tampoco tienen nada que envidiarles estos colines de cerveza con pipas de girasol, una masa tan sabrosa y crujiente que es todo un reto comerse solo uno.
Galletas saladas, deliciosamente adictivas
Cuando no hay ganas o tiempo de ponerse con masas de panadería, las galletas saladas son la mejor alternativa. Al igual que ocurre con las dulces, estos bocados admiten miles de variantes con muchos ingredientes diferentes, pero lo que nos interesa de verdad es que sean crujientes y fáciles de preparar. Cada receta básica se puede enriquecer con especias, hierbas aromáticas, semillas o frutos secos, que siempre aportarán más textura y sabor.
Por ejemplo, tenemos unas sabrosas galletas saladas de sésamo y parmesano, combinación de ingredientes ganadora que apetece a cualquier hora. Y tampoo se quedan atrás estas otras que también llevan el queso italiano, pero incorporan además nueces y aceitunas negras. Si buscáis algo especial para acompañar una tabla de quesos o patés, los biscotes crujientes de frutos secos son la receta que necesitáis probar, mientras que los crackers crujientes de harina de garbanzo y zaatar os encantará para mojar salsas y dips.
Otras ideas crujientes para el picoteo
Si le ponemos un poco de imaginación podemos crear bocados muy crujientes con otras masas o ingredientes que ya tengamos en casa. Uno de mis grandes descubrimientos fue la torta de aceite de Inés Rosales como base de aperitivos salados, como en esta idea de coca de sardinas y cuscús, y además podemos hacerla casera con esta receta. El contraste dulce-salado, bien hecho, es todo un placer para el paladar.
Os recomiendo para terminar dos recetas con harina de maíz, otra de mis favoritas. Primero nos vamos a Asturias con los deliciosos tortos de maíz, que se pueden rellenar con lo que se nos ocurra, y finalizamos en México con la recea de totopos o nachos caseros. Claro que también podemos cortar y freír o tostar en el horno unas tortillas de tacos comerciales, es un apaño que da buenos resultados.
Recordad que para que una receta crujiente aguante bien durante días, es importante guardarlos en un recipiente hermético y sin mezclar con otros productos de texturas diferentes. La pregunta ahora es: ¿con qué vamos a acompañar estos bocados crujientes en nuestro picoteo?
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