Este fin de semana en el programa de RNE “No es un día cualquiera” con Pepa Fernández, se ha hablado mucho de gastronomía, debido a que se ha emitido esta vez, desde Elche, dado que se celebra estos días en tan soleada localidad, la onceava entrega de Lo mejor de la Gastronomía.com.
Rafa García Santos, habitual colaborador de Pepa y organizador de este evento, nos ha puesto al día de lo que allí se cuece. Talleres de fudeuás, de arroces, de anguilas. Concursos populares, degustaciones a precios más que accesibles, ponencias, etc., hacen de Elche un paraíso estos días para los que amamos el mundo gastronómico.
Sin embargo de lo que quiero hablaros es de lo que se ha discutido en la tertulia del sábado, que ha girado en torno a la alta gastronomía y su conveniencia de popularizarla o no. Os cuento.
Opiniones para todos los gustos. Se trata de que la alta gastronomía, con Arzak a la cabeza, nos representa en todo el mundo. Se nos conoce por doquier por las deconstrucciones del dios de los fogones, y demás avances culinarios y la pregunta es ¿Cuántos de nosotros consumimos habitualmente o hemos consumido alguno de estos platos por los que se nos conoce en el mundo entero?
Tal vez un 2% de la población, el resto no podemos pagar un disparate de euros por comer en El Bulli. Por lo tanto ¿es en realidad esta cocina representativa realmente de nuestra cultura y nuestro pueblo? Y aquí surge el debate, ¿deberían los divos de la alta cocina popularizar de alguna manera sus creaciones para que, de esta manera, sí fuéramos realmente partícipes todos de tal fama?
Opiniones para todos los gustos, hay quienes piensan que no, que la alta cocina debe seguir estando justo ahí, en lo más alto, en el lugar inalcanzable para los mortales donde está. Otros piensan que es solo una barbaridad que caerá por su propio peso. Los artífices, como Adriá ya comienzan a quejarse y a comparar precios. Una entrada a una carrera, a ciertos conciertos, tal vez a la ópera…algunos artículos superfluos como adornos de diseño, etc., pueden costar como comer en casa del dios de los fogones.
¿Será que se han subido a la parra y es momento de bajar? Por lo pronto la pregunta está lanzada y los divos se quejan de que no ganan dinero siendo unos artistas reconocidos mundialmente. ¿Es justo que se nos relacione en el mundo entero con platos que, la mayoría de nosotros, no hemos comido ni, tal vez lleguemos a comer?
Interesante cuestión ¿Qué opináis vosotros?
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