Hace tiempo que mi compañera Liliana nos dio las claves para hacer la focaccia perfecta,y hoy las hemos llevado a la práctica, aunque nos hemos propuesto darle una vuelta, preparando esta receta de focaccia con pesto, perfecta para servir con embutidos, disfrutando del sabor tan aromático de la albahaca.
Para hacer este plato, prepararemos un pesto tradicional de albahaca y piñones, que será lo que utilizaremos en lugar de aceite de oliva, al formar la focaccia y crear los tradicionales agujeros con los dedos. Así conseguiremos un sabor extraordinario y un acabado algo diferente al de la focaccia tradicional.
Para su degustación, podéis cortar la focaccia en porciones como las de la foto de arriba, usándola como pan para un picoteo informal, o mejor incluso, podéis abrirla por la mitad como si fuera un panecillo para hacer una especie de bocadillos. Os aseguro que cuando los probéis, no se os van a olvidar nunca.
En un bol amplio, mezclamos las dos clases de harina, y añadimos la levadura fresca prensada, desmenuzándola con las manos. Mezclamos bien y agregamos el agua, mezclando ligeramente hasta conseguir una masa pegajosa. Dejamos reposar cinco minutos.
Procedemos a amasar, -si tenéis amasador, bastarán tres sesiones de ocho minutos separadas diez minutos entre una y otra-, para conseguir una masa lisa y manejable. También podéis hacerlo a mano, dando pliegues a la masa sobre sí misma, engrasando las manos con aceite para que no se nos pegue mucho. Tras dos o tres sesiones de amasado separadas con unos descansos, dejamos la masa reposar para que leve hasta casi doblar su volumen.
Engrasamos una fuente rectangular y echamos la masa sobre ella, dejando que ella sola se estire y rellene los espacios. Dejamos reposar otros diez o quince minutos. En ese tiempo, preparamos un pesto casero con aceite de oliva, parmesano, piñones y albahaca fresca, triturándolos con una batidora o procesador de alimentos.
Juntamos las dos manos y vamos apretando la masa, formando con los dedos los tradicionales agujeros de las recetas de focaccia. En lugar de usar aceite, ponemos unos pegotes de nuestro pesto casero y los hundimos con los dedos al darle la forma tradicional a esta variedad de pan. Dejamos reposar la masa mientras precalentamos el horno a 200ºC y horneamos durante 15 minutos hasta que la focaccia esté dorada.
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Con qué acompañar la focaccia con pesto
Para acompañar esta focaccia con pesto, podéis cortar un poco de embutido y servir con aceite de oliva y unos tomates cherry, ya que al margen de lo rica que queda tomada sin nada, esta variedad de pan es estupenda si la utilizáis abriéndola para preparar vuestros bocadillos.
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