Una de las formas más deliciosas de preparar alcachofas es confitadas. A fuego lento y durante un tiempo prolongado, esta magnífica verdura se transforma y convierte en un bocato di cardinale. Quedan tan tiernas que se deshacen en la boca. Una vez que las pruebes de esta manera, no querrás comerlas de ninguna otra.
La olla de cocción lenta o crock pot es perfecta para ello porque la temperatura requerida se mantiene constante y nos podemos olvidar hasta que finalice el tiempo programado. También se pueden preparar las alcachofas confitadas en una olla tradicional, tan solo hay que mantener un ojo en la temperatura y listos. Es cosa de coser y cantar.
Lo primero que hacemos al limpiar las alcachofas es cortar sus tallos, que pelamos y despojamos del extremo seco de la base. Después los cortamos en trozos y los introducimos dentro de la olla.
A continuación quitamos las hojas exteriores de las alcachofas hasta que queden las hojas tiernas. Cortamos la punta y adecentamos un poco la parte cercana al tallo, torneando con un cuchillo afilado. Cortamos cada alcachofa por la mitad y las colocamos en la olla.
Cubrimos las alcachofas con aceite de oliva virgen extra y programamos la olla de cocción lenta en alta durante 2 horas. Mantenemos la olla tapada durante los primeros 30 minutos, después retiramos la tapa y terminamos la cocción con la olla abierta para que se confiten lentamente. Este es un punto muy importante pues, si dejáramos la olla cerrada durante todo el proceso, el aceite adquiriría demasiada temperatura y las alcachofas terminarían friéndose.
El tiempo definitivo varía según de la calidad de la alcachofa. Lo más recomendable es, a partir de la primera hora y media, comprobar el punto con una brocheta. Puede que estén lo suficientemente tiernas como para apagar la olla y retirar las alcachofas a un otro recipiente.
Cuando el aceite alcance la temperatura ambiente, lo vertemos de nuevo sobre las alcachofas. Las conservamos en la nevera hasta el momento de consumir, escurriendo bien el aceite a la hora de servir. Este aceite se puede usar de nuevo, ya sea para confitar de nuevo, cocinar otros platos o para aliñar ensaladas, verduras, etc.
Alcachofas confitadas de forma tradicional
Si no tenemos olla de cocción lenta o crock pot, podemos confitar alcachofas en una olla tradicional y al fuego, ya sea de gas, vitro o inducción. Una vez limpias las alcachofas y sumergidas en el aceite de oliva virgen extra, calentamos hasta alcanzar 65 ºC.
Ahora solo queda mantener la temperatura durante tres horas. Lo ideal es contar con un termómetro de cocina para estar seguros de no quedarnos cortos ni pasarnos. Aunque lo podemos hacer a ojo, procurando que el aceite esté caliente sin llegar nunca a hervir, pero hay que estar muy pendientes del proceso.
En una cocina de gas, lo ponemos al mínimo, y en una cocina de inducción o vitrocerámica, entre 2-3 en una escala de 1 a 10. Si la temperatura subiera demasiado, tendríamos que retirar la olla de la fuente de calor, esperar a que bajara unos grados y colocarla en su sitio de nuevo. Y así durante el tiempo indicado de confitado.
Podemos aumentar la temperatura a un máximo de 80 ºC y reducir el tiempo de confitado a dos horas, aproximadamente. En cualquier caso siempre es conveniente comprobar el punto de las alcachofas 30 minutos antes de finalizar el confitado por si ya estuvieran listas y se pudieran retirar.
Con qué acompañar las alcachofas confitadas
Cuando sirvamos las alcachofas confitadas nos aseguramos de condimentarlas con un poco de sal y unas vueltas de pimienta negra. Una buena barra de pan para mojar en los restos de aceite que quedan entre sus hojas después de escurrirlas y ¡a correr! No necesitan más.
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