Hoy hemos preparado unos nuggets de pollo caseros, un plato clásico de la comida rápida de origen americano que, por su textura jugosa y crujiente, gusta a niños y mayores. Los nuggets de pollo comerciales no son trocitos de pechuga de pollo empanada como las deliciosas lagrimitas de pollo al limón, ni tampoco se corresponderían en su versión alargada con los fingers de pollo, ya que no se elaboran con trozos de pechuga sino con una masa hecha con carne picada de pollo y otros ingredientes, que después se empana y se fríe.
Hoy os vamos a enseñar a hacer los nuggets de pollo caseros, sin añadir piel, ni huesos ni otros ingredientes no deseados, y así conseguir que sean un alimento más ligero y saludable que los que podemos comprar precocinados o congelados en los supermercados.
En su versión comercial o industrial, esa mezcla no se hace solamente con carne picada de pollo, ya que, como os contamos al hablar de su origen, se añaden trozos de piel para dar textura e incluso carcasas de pollo, que se pican y se aglutinan con queso crema, pan y leche, todo bien triturado, para conseguir una pasta. A esa mezcla, se le da forma y tras el empanado y la fritura, se sirve como si fuera todo pechuga de pollo.
Como ya hicimos hace tiempo con la receta de nuggets de pescado, que tanto gustan a todos en casa, esta forma de preparar los nuggets, nos asegura que sabemos lo que estamos comiendo y evitamos en buena medida los inconvenientes de la comida precocinada.
Obviamente, nuestros nuggets, por muy caseros que sean no dejarán de ser una fritura, por lo que os recomendamos hacer estos nuggets de pollo de forma ocasional y comerlos con moderación y sin añadir ese día otros ingredientes fritos como las patatas o similares. Una opción estupenda es prepararlos utilizando la freidora de aire o airfryer para reducir el aceite en su elaboración.
Con las cantidades indicadas, salen aproximadamente 12 nuggets de tamaño medio, perfectos para un aperitivo o picoteo para 4 personas. Para hacerlos, en un robot de cocina o procesador de alimentos, picamos juntos la pechuga de pollo cortada en dados, sal y pimienta, ajo y las especias o aromáticas de nuestro gusto. Una vez triturado, pasamos la mezcla a un bol y añadimos el queso crema, trabajando con un tenedor hasta obtener una masa homogénea o uniforme.
Si preferís hacer estos nuggets de pollo utilizando la Thermomix, en el enlace anterior tenéis la receta con los tiempos y velocidades adecuados. Una vez bien mezclados los ingredientes, formamos bolas del tamaño de una albóndiga pequeña y las enharinamos ligeramente. Después, con la palma de la mano las aplastamos un poco para darles la forma clásica de los nuggets. No conviene hacerlos muy grandes, para que al freírlos se puedan cocinar también en su interior.
Para empanarlos, batimos el huevo mezclado con el agua, y tras embadurnar bien cada porción, pasamos los nuggets a un plato con el pan rallado. Opcionalmente podéis utilizar cereales, panko o cualquier otra cobertura a los nuggets para darles una textura más crujiente.
Una vez listos y empanados los nuggets, procedemos a freírlos en abundante aceite caliente, -es posible que algunos se inflen un poco- y una vez dorados, los escurrimos sobre papel absorbente y los llevamos a la mesa advirtiendo a los comensales de que guardan mucho el calor para evitar posibles quemaduras.
Con qué acompañar los nuggets de pollo
Para acompañar la receta de nuggets de pollo, servimos un pequeño cuenco con ketchup para que quien quiera pueda untarlos antes de morderlos. Además, os recomendamos servir una buena ensalada de tomates y albahaca o una de pimientos asados con ventresca que aporten jugosidad y nos ayuden a saciarnos, compensando así el exceso que supone toda receta de fritura. Así obtenemos un plato completo que podemos rematar con una pieza de fruta como postre.
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