Bien dicen que el pollo es una de las carnes y proteínas más nobles que podemos tener siempre a nuestro alcance en la nevera, y no es sólo por decirlo, ya que esta receta te convencerá de aprovechar al máximo las pechugas en tus preparaciones cuando descubras cómo hacer estas pechugas de pollo con salsa de cacahuate que te hará dejar el plato limpio.
Si lo que buscas es darle un giro diferente a esta popular carne de ave, entonces no puedes dejar de hacer esta preparación, que, si bien es una receta diferente con cierto toque oriental, además se prepara en muy poco tiempo para sorprender a la familia con un sabor único.
Comenzamos la receta limpiando bien dos pechugas de pollo de restos de grasa y piel, cuando las tenemos limpias las cortamos en tajadas de mediano tamaño y ponemos una sartén a calentar al fuego, añadiendo dos o tres cucharadas de aceite de oliva.
Cortamos una calabacita en rodajas finísimas. Cuando la sartén esté bien caliente, salteamos en ella el pollo con las especias (cúrcuma, cardamomo, curry en polvo y comino), el calabacín y el puñado de cacahuetes hasta que las tajadas de pollo hayan cambiado de color y los calabacines estén flexibles. En ese momento, incorporamos las dos cucharadas de mantequilla de cacahuete, que puedes encontrar en cualquier supermercado.

Con una cuchara, vamos removiendo bien hasta que todas las tajadas de pechuga de pollo estén bien impregnadas de la mantequilla de cacahuetes y entonces agregamos 100 ml de leche de coco (o leche evaporada) y dejamos que cueza el conjunto durante unos minutos hasta que la salsa esté espesita y sabrosa.
Si no tienes leche de coco o evaporada a la mano, también puedes usar crema líquida, cuidando de probar de vez en cuando para ver si hay que añadir un poco de sal.
Tras unos diez minutos la salsa estará en su punto y las pechugas estarán listas para llevar a la mesa. Adicionalmente, puedes pasarlas a un plato hondo de barro para que resguarde bien el calor al momento de servir.
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