Cada semana nos damos un capricho de viernes, y si no hay otros planes, nuestra cena en casa es un suculento sándwich de muslo de pavo y queso. En ocasiones hago variantes, para no tomarlo siempre de los mismos ingredientes, y este sandwich de rúcula y bacon es una de ellas.
Como veréis la receta no tiene ninguna complicación, y los buenos de estas preparaciones es que admiten múltiples cambio y combinaciones, aunque os recomiendo que al menos una vez probéis esta tal y como yo la hago. Es frecuente en casa que utilizando ingredientes que hay por la nevera, se obtengan combinaciones de sabores muy acertadas, como esta.
Tostamos las rebanadas de pan en el tostador o plancha. Si lo hacemos en una plancha es conveniente untarlas con un poco de mantequilla para que no se quemen, ya que además este gesto les da un sabor extra muy rico a las tostadas de pan.
Untamos una de las caras de una de las rebanadas con mayonesa al gusto, aunque a mí me gusta poner una fina capa. Sobre ésta colocamos la rúcula lavada y bien seca, y encima los tomatitos cherry limpios y cortados en rodajas finas con unas arenitas de sal.
Aparte cortamos las lonchas de bacon por la mitad y las hacemos en la plancha, a fuego fuerte, hasta que se doren por ambos lados. Colocamos inmediatamente sobre los tomatitos, tapamos con la otra rebanada de pan y servimos al momento.
Con qué acompañar el sandwich de rúcula y bacon
Este sandwich de rúcula y bacon, como casi todos, admite variaciones. Podemos cambiar la salsa mayonesa por otra que nos guste más, y la rúcula y el bacon, por canónigos, mézclum de lechugas y pollo a la plancha, o cualquier embutido de pavo, por ejemplo.