Los pasteles invertidos son un invento maravilloso que permite convertir un sencillo bizcocho en algo mucho más elegante. Se pueden coronar con manzana, piña, naranja y muchas otras frutas. Solo hay que encontrar una que se pueda laminar con facilidad y que quede estética en su uso, pues el punto de estas elaboraciones es que queden vistosas. Así que aquí prima la bonitez.
Pero que no cunda el pánico, porque es algo muy fácil de conseguir. En esta ocasión hemos usado mango, que es una fruta que hornea estupendamente, mantiene su forma y aporta un toque de sabor muy sutil al conjunto. Es importante que esté en su punto de madurez para que el resultado sea perfecto. Hecho esto, el proceso es muy sencillo.
El montaje del pastel invertido de mango se realiza al revés, es decir, la parte que queda en la superficie una vez desmoldado es la que va en la base del molde en que se hornea la criatura. Para que no se pegue a ella recomiendo usar papel vegetal y, por supuesto, ser generosos con la capa de caramelo con la que arranca la receta. Además de facilitar el desmoldado, aporta un plus de jugosidad y sabor magnífico.
Pelamos el mango, cortamos los dos lados anchos -separándolos del hueso- y laminamos cada uno de estos lados. Colocamos las láminas de mango en un plato hondo y las regamos con el zumo de limón. Mezclamos un poco y dejamos reposar unos 15 minutos.
Mientras tanto preparamos el caramelo calentando la mantequilla, el azúcar moreno y el agua en un cacito. Aprovechamos también para forrar la base de un molde de 22 centímetros con papel vegetal. Cubrimos la base del molde con el caramelo y colocamos encima las láminas de mango, formando una especie de flor o abanico.
En un recipiente amplio y hondo mezclamos la harina con el azúcar blanco y el baking powder Royal. Incorporamos la leche evaporada, el aceite de girasol, el huevo y la esencia de vainilla. Mezclamos suavemente hasta obtener una masa homogénea que vertemos en el interior del molde, procurando que las láminas de mango no se descoloquen.
Cocemos el pastel en el horno, precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo, durante 35 minutos o hasta que al insertar un palillo o una brocheta éste salga limpio. Dejamos que el pastel se atempere ligeramente antes de desmoldar. Para ello pasamos un cuchillo por el contorno, aflojamos el borde del molde, colocamos encima un plato y volteamos. Retiramos el papel vegetal y listo para dejar enfriar del todo o para servir inmediatamente.
Con qué acompañar el pastel invertido de mango
Este pastel invertido de mango es un bizcocho enriquecido con fruta, ideal para servir como postre de cualquier comida, como merienda o desayuno. Nosotros lo tomamos tal cual, pero se puede acompañar con un poco de chantilly o un chorrito de crema inglesa para aportar un plus de sabor y textura.
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