Uno de los aceites que nos han llamado la atención por su sabor y calidad es el que proporciona la marca Olivar de la Luna, un aceite de oliva virgen extra totalmente ecológico. El aceite es producido por la empresa familiar Santa Casilda, la producción se encuentra situada en pleno corazón de Sierra Morena, al norte de la provincia de Córdoba.
Olivar de la Luna es un aceite de gran calidad que se encuentra certificado por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, como sabemos, no basta con decir que un producto es ecológico, es necesaria la certificación que lo garantice.
En nuestra cata particular lo hemos encontrado muy equilibrado, con sabores que evocan a la hierba pero no de modo intenso en esta cosecha, ya sabemos que son muchos los aspectos que otorgan al aceite su cualidades organolépticas, también encontramos sabores que evocan a las almendras, mucho cuerpo y un aroma penetrante pero suave. La variedad de aceituna predominante es la Nevadillo Blanco, aunque también se contemplan las variedades Manzanilla, Picuda o Lechín. Quizás por ser la primera variedad distinta a las que habitualmente presentan los aceites que consumimos, hemos podido apreciar con más intensidad el sabor.
El método de elaboración garantiza la obtención de un aceite que nunca supera los 0,2º de acidez, esto es debido a la rápida molturación que se realiza tras recoger las aceitunas. Se presenta en varios formatos de original y exclusivo diseño. Algo que nos ha llamado la atención y que ha sido premiado es la inclusión del braille en los envases, facilitando a las personas invidentes la máxima información.
También muy atractiva la botella de cristal azul que representa al aceite como un producto saludable e incluso curativo, con una etiqueta troquelada imitando a los productos de las antiguas boticas.
Está claro que un buen producto precisa también de una buena presentación, Olivar de la Luna conjuga ambos aspectos fruto del mayor mimo que las manos productoras pueden otorgar.
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