Jean Pierre Vandelle es un cocinero francés que vino a trabajar a España y comenzó haciéndolo “a la francesa”, lo cual quiere decir, entre otras cosas, el uso de la mantequilla en lugar del aceite de oliva como producto base en la cocina.
No tardó demasiado en darse cuenta de las posibilidades del aceite de oliva y no sólo ha sustituido la mantequilla por el oro de España, sino que montó un restaurante donde se rinde culto de verdad a esta materia prima, regentado por él y en el que se ayuda en los fogones de Gonzalo Omiste: El Olivo
El color verde olivo envuelve todo el local, desde la fachada hasta la decoración interior y las ramas de olivo que se muestran casi sin darse cuenta en cada una de las mesas. Para empezar, unas tortillitas de camarón, un panaché de verduras de temporada o el foie grass hecho en casa son buenas recomendaciones.
Continuar con una merluza hervida en el aceite deseado por el cliente o el rape a la plancha con tomate y puré de aceituna negra es también buena idea, destacando que algunos platos se completan con el aceite que elija el comensal de entre su espectacular carro de aceites. De postre, una tarta de manzana templada con helado de oloroso. Estupenda.
Todos los platos del local exigen la utilización del aceite de oliva en su preparación, y esto hace de la cocina de El Olivo una cocina fresca, sabrosa y ligera, muy satisfactoria en aspecto, sabor y aroma.
El servicio de vinos es muy aceptable y el servicio de sala es amable, correcto, cordial y cercano, como a mí me gusta. En definitiva, un restaurante de gama alta con todo lo demás en consonancia, incluido el precio y los servicios que se prestan que se complementan con una oleoteca, una tienda de aceites magnífica justo enfrente del local.
Restaurante El Olivo: C/ General Gallegos, 1 Madrid