La investigación alerta de la ubicuidad de los PFAS en el medio ambiente y cómo pueden llegar al cuerpo humano
El consumo habitual de café, arroz blanco y huevos puede producir una mayor acumulación de PFAS en el organismo, según un reciente estudio publicado en Science Direct. La investigación también vincula la ingesta de marisco y carne roja con la presencia de estas sustancias en el cuerpo humano y alerta sobre la omnipresencia acusada de estos químicos en el medio ambiente y sus posibles efectos especialmente en embarazadas, la leche materna y recién nacidos.
Los investigadores analizaron muestras de más de 3.000 mujeres embarazadas con datos del estudio de cohorte de nacimientos de New Hampshire, diseñado inicialmente para examinar los efectos en la salud de la exposición a contaminantes ambientales provenientes del agua potable.
Lo resultados obtenidos sugieren que alimentos básicos y de amplio consumo en todo el mundo, como son el arroz blanco, el café y los huevos, pueden presentar una mayor contaminación de sustancias químicas potencialmente tóxicas que otros productos, si bien también se ha asociado el consumo de mariscos y carne roja y con altos niveles de PFOS, uno de los compuestos PFAS más comunes.
Los PFAS son una de las familias de químicos más utilizadas hoy
en día por la industria debido a gran versatilidad de uso, ya que presentan propiedades únicas con multitud de aplicaciones. Están presentes en todo tipo de objetos cotidianos, desde productos de maquillaje a utensilios de cocina, pinturas y barnices, muebles, zapatos o alfombras.
En los últimos años ha aumentado la preocupación por sus efectos en la salud pública tras varios estudios en animales que indicaban que estas sustancias químicas tenían efectos toxicológicos, con efectos hormonales así como un posible potencial genotóxico y carcinogénico, aunque no está claro que dichos resultados se puedan vincular a la salud humana.
La EFSA considera la dieta como principal fuente de exposición humana a las PFAS, especialmente a través del pescado, el marisco, la carne y las vísceras, aunque considera improbable que la población europea media pueda sufrir efectos negativos derivados de la exposición a esos contaminantes.
Este nuevo estudio es el primero que vincula directamente a otros alimentos con la presencia de PFAS en el organismo, alimentos que además no proceden de fuentes animales, como el café y el arroz. Estas sustancias químicas pueden contaminar los alimentos por varias vías aún por estudiar, pero los investigadores apuntan a que el arroz podría recibirlas a través del suelo o de las aguas contaminadas.
El café podría presentar contaminación directamente en los propios granos, así como en el agua que se usa para prepararlo. Otros trabajos previos apuntan a que muchos de los filtros que se usan habitualmente para su elaboración, así como vasos de papel y otros envases también están tratados con PFAS.
“Los resultados apuntan sin duda a la necesidad de una gestión medioambiental y de mantener los PFAS fuera del medio ambiente y de la cadena alimentaria”, afirma a The Guardian Megan Romano, autora principal del trabajo. Y son químicos que ya están ampliamente repartidos por todas partes en una situación permanente que no se puede revertir, solo frenar de cara al futuro.
La investigación también sugiere que las dietas ricas en frutas y verduras, legumbres y cereales integrales se asocian a niveles más bajos de algunos PFAS. Romano señala además que lo más beneficioso es seguir una dieta variada para que ninguna fuente de proteínas represente una proporción demasiado grande de la ingesta.
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