Está en un pueblo castellano-manchego frente a un castillo medieval y tiene solo 24 habitaciones: así es el nuevo Parador de Guadalajara

Ya tiene fecha, será el próximo cinco de septiembre cuando vea la luz el que va a ser el nonagésimo octavo de los establecimientos de la red de Paradores de Turismo de España, tras varios años de obras y cuyo compromiso de construcción data del año 2005.

Situado en un edificio de nueva planta en el municipio guadalajareño de Molina de Aragón, el parador será el segundo de su clase que esté en la provincia de Guadalajara, donde ya se encuentra el parador de Sigüenza, uno de los más antiguos de la red.

Con su adición, el parador de Molina de Aragón también se añade a los ya numerosos referentes que hay en Castilla-La Mancha, convirtiéndose así en el noveno establecimiento dentro de la comunidad castellano-manchega.

Situado en una colina frente al castillo de Molina, en su día bastión del Señorío de Molina, el nuevo parador es obra de nueva construcción, al contrario de lo que suele suceder con este tipo de alojamientos.

Dotado de 24 habitaciones, de las cuales dos de ellas pertenecen a la categoría de suite, el parador de Molina de Aragón vislumbra un nuevo horizonte donde también habrá sala de reuniones y eventos, restaurante y spa, característica esta última que no es especialmente frecuente dentro de la red.

Proyectado desde hace casi dos décadas, la construcción del parador de Molina de Aragón estaba supeditada a una inversión de 22 millones de euros y al compromiso  del ejecutivo del, por entonces, presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que durante su mandato decidió erigir el parador como medida paliativa y de atracción del turismo a una zona que quedó devastada por un terrible incendio en 2005, que se cobró la vida de once trabajadores forestales y asoló 13.000 hectáreas.

Totalmente nuevo, el parador, diseñado por el arquitecto Andrés Perea, cuenta con todas las comodidades actuales que se pueden esperar en un hotel de cuatro estrellas, contando con la ventaja de ser totalmente accesible y donde predominan los espacios diáfanos y luminosos en esta construcción de tres plantas que ocupa una superficie superior a los 21.000 metros cuadrados.

Ya con las reservas abiertas, el parador de Molina de Aragón supone una escapada perfecta para un territorio especialmente prolífico para el senderismo y el turismo activo, no distando en exceso de tesoros naturales como la Laguna de Taravilla o el Barranco de la Hoz.

Imágenes | Paradores

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