Esta Ciudad Santa murciana con fiestas Patrimonio de la Humanidad es la escapada perfecta para esta primavera

Este año celebra además su Año Jubilar y son numerosos los festejos y eventos que esperan al visitante todo el año

Reconocida como quinta ciudad santa de la cristiandad desde que fue bendecida en 2003 por el Papa San Juan Pablo II, Caravaca de la Cruz es el otro gran destino de peregrinaje de nuestro país que ofrece un acogedor camino como alternativa al más masificado Camino de Santiago. Situada en el noroeste de la Región de Murcia, es un destino perfecto para vivir la primavera mediterránea.

Alejada del turismo de playa por el que suele ser más conocida la Región, Caravaca se encuentra en un cruce de caminos estratégico en otros tiempo, hoy entre Murcia y Granada, con su casco histórico medieval desplegado en torno al núcleo de la población, el conjunto que forman el imponente castillo y Basílica-Santuario de la Santa Cruz. Pero la ciudad tiene muchos más secretos y atractivos, sin olvidar el bello entorno natural que ofrece un paisaje tan distinto a la zona del litoral.

Cualquier visita a Caravaca, y mucho más en su Año Jubilar 2024, tiene que pasar por el recinto del castillo. De origen musulmán,  fue ampliado en el siglo XV por los Templarios antes de pasar a la Orden de Santiago. El lugar lo forman dos zonas claramente diferenciadas; el recinto amurallado medieval, el castillo original con 14 torreones, y el recinto sagrado.

La Basílica-Santuario de la Santísima y Vera Cruz es el alma de Caravaca, iniciada su construcción en el siglo XVII y finalizada con una gran portada barroca posterior. Su interior acoge la Capilla de la Vera Cruz, patrona de la ciudad, visitable todo el año, y también el Museo y otras dependencias dignas de visitar.

Bajando al centro histórico de la ciudad, en su visita se pueden encontrar otros muchos monumentos históricos que plasman la historia de la población, con iglesias, ermitas y conventos, además de construcciones civiles históricas como la plaza de toros o el Ayuntamiento del siglo XVIII, con su reconocible arco sobre la plaza que antaño era la puerta de bienvenida a la localidad.

La naturaleza que rodea a Caravaca es otro de los grandes atractivos de la ciudad, con un entorno que sorprende a quien es ajeno a la riqueza paisajística que acoge el norte de la Región de Murcia. Sierras, colinas y altiplanos rodean la población, con un gran surtido de accidentes geográficos como ramblas, peñascos y lomas, que generan un entorno riquísimo para explorar, salpicado de huertas y una vegetación verde de encinas, pinos, sabinas y arces.

Es un verdadero vergel gracias a las aguas de los ríos Argos y Quípar, numerosos manantiales y arroyos, que en primavera suelen lucir especialmente llenos de vida, antes del calor del verano. Un enclave muy visitado por los propios caravaqueños es el Paraje de las “Fuentes del Marqués”, catalogado como Sitio Histórico, todo un paraje natural a solo dos kilómetros de la ciudad.

Una ciudad para festejarla

De Caravaca de la Cruz hay que destacar además sus numerosos festejos, más allá de las celebraciones del Año Jubilar. Merecen la pena vivir en primera persona la fiesta de las Cuadrillas de Barranda, pedanía cercana que acoge un interesantísimo museo de instrumentos musicales, la Semana Santa, Moros y Cristianos o los eventos que se organizan en Navidad y las fiestas patronales de verano.

Pero el evento que hace de Caravaca un destino muy especial para primavera son las conocidas como Fiestas de Mayo, declaradas de interés turístico internacional y únicas en España y en el mundo, combinando el fervor religioso y ritos y tradiciones paganas y folclóricas.

Durante los primeros días del mes se viven con pasión y entrega numerosos eventos que arrancan el mismo día 1 de mayo con la ofrenda de flores en la explanada del Castillo-Santuario. Y entonces toman el verdadero protagonismo el otro orgullo de la ciudad, los caballos.

Los Caballos del Vino es una fiesta reconocida desde 2020 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, por su carácter singular, importancia histórica aunando arte y tradición en un rito antiguo como es la bendición del vino y las flores por la Vera Cruz. Tiene lugar entre la tarde del 1 de mayo y la mañana del día siguiente, a través de tres concursos, el de Caballo a Pelo, el de Enjaezamiento y la siempre impresionante Carrera, el día grande.

La actividad comienza muy temprano y merece la pena madrugar para ver los preparativos, cuando se engalanan a los animales y se visten con la ropa de enjaezamiento que son obras de arte textil en sí mismas, con unos bordados artesanales espectaculares llenos de colorido, recreando escenas y personajes de la tradición caravaqueña.

Mención aparte hay que hacer a la gastronomía local, alejada de la cocina marinera y donde se disfrutan de especialidades más de la España de interior, como corresponde a una tierra de fronteras. Asados a la brasa, migas, arroces de pollo campero, conejo o patas de cerdo y garbanzos, potajes como el empedrao y carnes al horno con patatas conviven con tapas típicas como los michirones, matrimonios, la oreja de cerdo o la torta de boquerón, una especie de empanada con pimentón en la masa.

Arroz empedrao caravaqueño.

Los golosos no se pueden perder los dulces artesanales de las diversas pastelerías y obradores que se reparten por la ciudad y sus pedanías, destacando las famosas yemas -con y son chocolate- y el alfajor, diferente al andaluz, una masa de miel y almendras especiadas entre crujientes y finas obleas.

Imágenes | iStock/Wirestock - JackF - Turismo de España - Turismo Región de Murcia - Turismo Caravaca - Caballos del Vino

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