Estas tácticas valen tanto para viviendas de uso turístico como para hoteles y hostales
Fechas flexibles, el nivel de comentarios o una búsqueda minuciosa en Google te pueden ahorrar muchos sustos y dinero
Nadie da duros a pesetas, decían las generaciones previas al euro, y no les faltaba razón. Las gangas existen, pero no siempre y, muchas veces, detrás de una ganga o una gran oferta puede haber un timo o una información irreal.
Algo que, incluso, nos puede pasar a la hora de reservar nuestras vacaciones, ya sea en viviendas de uso turístico o en hoteles, donde podemos dejarnos llevar por una buena primera impresión de una serie de imágenes pero, tras el primer gran impacto, lleguemos al establecimiento y sea un completo desastre.
Por suerte, si hablamos de ciertas plataformas como el citado Airbnb, hay algunos filtros que nos permiten tener más seguridad ante lo que vamos a alquilar o reservar.
Determinados filtros nos pueden dar garantía de que estamos ante un alojamiento fiable, como pueden ser las calificaciones de Superhost que tienen ciertos propietarios, pero también hay otros elementos, cuando quizá los arrendadores no estén tan contrastados, en los que sí deberíamos fijarnos para no llevarnos sustos.
Como es evidente en cualquier tipo de reserva, recomendamos siempre que no nos durmamos en los laureles y mantengamos cierta previsión. Aunque suene complicado, intentar reservar con mucho margen sería lo más conveniente si, por ejemplo, sabemos con antelación qué días vamos a tener de vacaciones o dónde queremos ir, anticiparnos nos permitirá sacar precios, en general, más competitivos y, sobre todo, darnos margen para elegir mejores alojamientos. Por tanto, evita el last minute.
Transporte público, calma y fechas flexibles
Antes de reservar nada en cualquier parte, contempla la zona y haz una batida por el tipo de negocios y ocio que se mueve donde vas a quedarte. Va en cuestión de gustos, pero muchas veces patinamos en la reserva, sean hoteles o viviendas de uso turístico, y nos sentimos como un pulpo en un garaje.
Puede que un buen precio nos tiente más de la cuenta y creamos encontrar una bicoca, pero también puede ser que estemos dando con una zona ruidosa, de difícil acceso o especialmente conflictiva donde no queramos pasar la noche.
Tampoco creas que asegurar el centro de una ciudad, por definición, es una ventaja competitiva. Antes de reservar en una ciudad que tenga una buena red de transporte público comprueba si no saldría más rentable alejarse un poco del meollo y funcionar con un transporte público que te asegure cercanía, calma y tranquilidad.
En las ciudades europeas suele ser especialmente práctico, así como en determinadas partes de Japón y Australia, por lo que alejarse y tomar algo de distancia, pero recurriendo luego al transporte público nos puede asegurar descanso y ahorrar dinero sin complicarnos la vida.
Otro factor diferencial a la hora de buscar alojamientos si tenemos la suerte de tener fechas flexibles es aumentar los días de búsqueda o utilizar ese concepto para ver más o menos alojamientos. Sucede con hoteles y sucede con las viviendas de uso turístico que podrías ver en plataformas como Airbnb.
Muchas empresas no ofertan días sueltos, o fines de semana, pero sí estancia de tres noches o más. Aplica este tipo de filtros y comprueba si puede salirte más a cuenta alargar la estancia y así disfrutar de un establecimiento mejor.
Fíate de las reseñas de plataformas autorizadas
Hay páginas que permiten poner reseñas sin haber utilizado el alojamiento en cuestión, como sucede con Tripadvisor o Google Reviews. Sin embargo, plataformas como Booking o Airbnb solo permiten comentar a las personas que verdaderamente han utilizado ese servicio.
A partir de ahí, en portales como Airbnb fíjate en la categoría del alojador. Si el inmueble lleva mucho tiempo dado de alta, si ha tenido muchos inquilinos, si la ratio de comentarios es alta o si tiene la categoría antes citada de Superhost, lo cual es una garantía de que, por regla general, el establecimiento va a merecer la pena.
Casas nuevas, a precios de derribo, con pocos o ningún comentario y con poca información deben, por regla general, escamarte y ser cogidas con pinzas. Puede que sea simplemente una cuestión de casualidad, pero lo más normal es que alguna trampa escondan.
Otra de esas trampas habituales, como normalmente Airbnb no ofrece la dirección exacta, es hacer una batida con Google Maps y Google Street View para comprobar la edificación o la zona, que te permitirá evitar clásicos como 'a diez minutos de la playa' y que en realidad supongan una hora o la citada 'zona tranquila' y estés rodeado de bares y discotecas.
Sobre trampas, más secretos de este tipo de plataformas: cuidado con los cargos extra. Puede que la noche parezca barata, pero quizás por gastos de limpieza o hipotéticas fianzas se pueda disparar el precio y acabe siendo menos chollo de lo que parece.
Sé legal
Desde que surgieron las plataformas colaborativas, que luego ya han devenido en negocios de pleno derecho donde lo colaborativo ha pasado a mejor vida, la picaresca no ha dejado de crecer y aumentar.
Le pasa a servicios como Blablacar y también le pasa a servicios como Airbnb, e incluso a aplicaciones como Freenow. Evitar los 'costes de gestión' pagando directamente a los conductores o propietarios puede ser una tentación en forma de ahorro.
Allá cada cual. Yo, si he hecho uso de la plataforma de turno, prefiero mantener los pagos a través de ella porque me garantizan privacidad y me garantizan la seguridad de que alguien, si fuera necesario, va a tener que responder por lo que pudiera pasar.
Los pagos en mano o a través de terceras aplicaciones, incluso al propietario, no me gustan a nivel personal. Cada uno puede hacer lo que quiera, pero en ese modus operandi nos podemos evitar más de un susto si seguimos los cauces legales.
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