"No me alimentéis o no os acerquéis demasiado", rezaban los carteles para evitar el triste desenlace
Eutanasiado el pasado 24 de junio, el animal padecía artritis y había perdido la mayor parte de su dentadura
No hace falta ser biólogo para comprender que los ciervos, mamífero rumiante donde los haya, no tiene un estómago preparado para vivir a base de cruasanes, cereales, barritas energéticas y bollería industrial.
Algo que le ha acabado costando la vida a Callum, un ciervo convertido en leyenda local en las Highlands escocesas, una de las zonas del país con más afluencia turística, marcada por sus colinas graníticas y sus verdes prados en los que habitan con abundancia todo tipo de cérvidos.
Muy acostumbrados ya a la presencia del hombre, los animales han aumentado su cercanía al humano hasta el punto de que, habitualmente, los visitantes y turistas que se acercan a esta región acaban alimentando a los cérvidos con lo que llevan a cuestas.
Obviando así que los ciervos, como buenos rumiantes y herbívoros, se alimentan básicamente de pastos y hojas, no estando su estómago preparado para vivir de bollos, galletas ni barritas energéticas.
Una historia que ha acabado, como cuenta el diario británico The Independent, con la triste solución de tener que eutanasiar a Callum, un ejemplar de 12 años al que de manera sistemática han estado alimentando turistas y locales con toda clase de dulces, repostería y productos no aptos para el consumo de los animales.
Fue el pasado 25 de junio cuando las autoridades locales decidieron sacrificar a Callum. Todo a pesar de que hay abundante cartelería y señalética en la zona que instaba a cualquier tipo de persona a que no alimentasen a la fauna salvaje.
Pérdida de dientes, artritis y deterioro en el pelaje eran algunos de los signos evidentes del sufrimiento de Callum, ante el cual el National Trust for Scotland, el organismo encargado de proteger el patrimonio cultural y natural escocés, decidió acabar con la vida del animal, tras ser consultado a un veterinario local, que consideró que lo más oportuno era sacrificar a Callum, al cual se solía ver muy cerca de un aparcamiento de Beinn Eighe en Torridon, en las Highlands, cerca de la carretera North Coast.
"No me alimentéis o no os acerquéis demasiado" eran algunos de los careles que se habían colocado en la zona, con una imagen de Callum, para evitar que este ciervo, convertido en una auténtica celebridad de YouTube, acabase mal parado.
Al perder su dentición, Callum no podía volver a alimentarse de forma natural con su dieta herbívora, principalmente en invierno, cuando la presencia de turistas disminuía, lo que precipitó el declive de su estado de salud. Algo que avaló el veterinario consultado por The Independent, asegurando que "la salud de Callum se había deteriorado y que el venado estaba sufriendo" como resultado de su mal estado físico, de la artritis y de la debilidad de su pelaje.
Imágenes | Freepik
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