A veces las recetas más satisfactorias son las que te encuentras de improviso y te lanzas a probar sin pensarlo mucho más. Es lo que me sucedió hace poco cuando me encontré con la inspiración en una página suiza; me faltó tiempo para correr a la cocina y preparar esta crema de mandarina para el postre del fin de semana.
La original utiliza limones, pero yo tenía la despensa llena de unas deliciosas mandarinas que me habían traído directamente desde Valencia, pequeñitas pero llenas de zumo. La ventaja de esta fruta es que, al ser naturalmente muy dulce, nos permite reducir considerablemente el azúcar de la receta. Como siempre, recomiendo partir de poca cantidad y ajustarla al gusto.
Ingredientes
- Yema de huevo (unas 3 unidades grandes) 60 g
- Azúcar (más o menos, dependiendo del dulzor del zumo) 50 g
- Zumo de mandarina (unas 3 unidades pequeñas) 80 g
- Maizena 20 g
- Sal 2 g
- Agua 300 ml
- Creme Fraiche o crema fresca (o nata para montar) 100 g
- Chocolate negro (opcional)
Cómo hacer crema de mandarina
- Tiempo total 25 m
- Elaboración 5 m
- Cocción 20 m
- Reposo 2 h
Lavar bien las mandarinas y exprimir el zumo, colándolo para evitar la pulpa y los huesos. Estimar unos 80 g de peso. Colocar las yemas con el azúcar, la maizena, la sal y el zumo en un cazo mediano. Remover con unas varillas para mezclar todo un poco.
Agregar el agua, mezclar y calentar a fuego medio-bajo. Cocer removiendo constantemente con las varillas sin dejar que llegue a hervir. Al cabo de unos 15 minutos habrá espesado considerablemente; debe tener consistencia de crema pastelera algo más ligera.
Apagar y retirar del fuego. Continuar removiendo durante un par de minutos. Añadir la crema espesa o nata para cocinar y mezclar bien hasta obtener una crema homogénea. No debería tener grumos, pero podemos curarnos en salud colándola por un tamiz o colador fino.
Repartir en cuatro recipientes. Cubrir cada uno con un pedazo de plástico film, dejando que toque la superficie, para evitar que salga costra. Llevar a la nevera y dejar enfriar un par de horas. Servir con chocolate negro picado o rallado al gusto.
Con qué acompañar la crema de mandarinas
Este delicioso postre de crema de mandarinas es fresco y ligero, muy apetecible ya para poner el broche a un menú primaveral en el que apetecen bocados menos pesados. Sienta muy bien en la sobremesa con el café, o podemos reservarlo para la merienda. En lugar de chocolate podríamos servir la crema con frutos rojos, trocitos de galleta o unos frutos secos tostados.
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