En ella se esconden restos de grasa, suciedad, moho y hasta restos de detergente
Es habitual que los azulejos de la cocina pasen semanas y meses sin limpiarse, tal cual, acumulando suciedad de una forma muy particular, sobre todo por las exigencias a la hora de retirarla.
Estas juntas acumulan por igual grasa de cocinar, suciedad general, moho e incluso restos de jabón y detergentes de pasadas que realizamos sobre las baldosas, sin terminarlas de retirar por completo Todo ello es un nido de bacterias que además de restar en higiene contribuyen a generar malos olores de forma casi invisibles..
Sin embargo, aparte de mantener la higiene global de la cocina, la limpieza de las juntas se realiza por razones estéticas, pues cuanto menos se interviene en estas peores son las sensaciones que uno obtiene al pisar esa cocina.
La presencia de estas juntas es inevitable, pues tienen una importante función en la regulación de los cambios de temperatura que al hacer dilatar imperceptiblemente los azulejos podrían hacerlos desencajar y estallar o, cuando hace mucho frío, dejar feos espacios entre unos y otros.
Entre los que, efectivamente, las limpian, hay quienes usan productos específicos blanqueantes para juntas, y otros que usan remedios más o menos improvisados en base a principios generales de la limpieza, como por ejemplo el vinagre, que tiene grandes cualidades antifúngicas.
No obstante, la única solución válida no es el vinagre ni tampoco el alcohol, sino que existen gran cantidad de productos genéricos con principios activos para disolver esta suciedad sin dañar las juntas.
También existe un limpiador casero que se puede obtener con productos muy habituales en cualquier cocina. El primero de ellos es el bicarbonato sódico, un ingrediente que es perfecto para la limpieza natural y que tiene suaves propiedades abrasivas.
En parte, su textura consigue una especie de peeling en las juntas, pues ayuda a frotar esta suciedad incrustada sin apenas dañar el material de las juntas.
Otro ingrediente en este mix es el agua oxigenada, con enorme poder desinfectante y capaz de descomponer la suciedad, eliminando todos estos microorganismos potencialmente dañinos.
Por último, el tercer ingrediente es el jabón líquido, el que se usa para los platos, que tiene tensioactivos potentes para reducir la tensión del agua y contribuir a descomponer la suciedad.
Con estos tres ingredientes hay que elaborar una pasta, aproximadamente, con 100 gramos de bicarbonato, la mitad de agua oxigenada y media cucharada de jabón de lavavajillas. Para aplicarlo, como es habitual, bastará con jabón de lavavajillas y retirar con un paño limpio.Foto | Henry & Co.
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