Dónde comer los mejores camperos de Málaga, el icónico bocadillo de jamón, queso, lechuga, tomate y pan de mollete

Lechuga, jamón cocido, tomate, queso, mayonesa, kétchup y, por supuesto, un buen mollete de pan. La ciencia bajo el legendario bocadillo campero de Málaga es, a priori, poca. Luego toca hacer de la plancha o del grill el toque final, que será responsable de que el pan esté tierno y crujiente.

Sencillo en esencia, pero sabroso si está bien ejecutado, el campero es el rey del fast food de la capital costasoleña. Todo un icono de las hamburgueserías malagueñas, que pronto replicaron este sándwich creado en Los Paninis, epicentro de este bocadillo que ha llenado a malagueños y visitantes durante generaciones.

Dista mucho de ser un bocado gourmet o un plato que se cuele en la alta cocina, pero eso no impide que sea disfrutón, barato y haya sido la merienda cena de adolescentes -y no tan adolescentes- antes de salir de marcha o de darse un festín de cine en los América, otro de los ejes sobre los que Málaga descubrió el universo de los multicines.

Un ocio de cine y de videoclub que, como si de un Monopoly se tratase, servía como casillas para moverse por la ciudad. El Astoria, el Victoria, el Albéniz o el Andalucía formaban parte de esa ruta cinéfila en la que Málaga transitaba buscando qué comer que fuera bueno, bonito y barato entre burgers, perritos calientes, el bocata marinero y nuestro querido campero.

Luego llegaría la proliferación del fast food de importación y las grandes cadenas hamburgueseras, además de la fiebre del shawarma, que llevaron a la decadencia del campero, aunque aún aguanta con vigor en numerosas cartas.

Una bandera culinaria que entra en esos placeres culpables de los que no hay por qué arrepentirse, ¿o es que acaso la cultura del bocadillo tiene algo de innoble? Pensemos así en la reverencia que se hace en Madrid del bocata de calamares o el mito que supone para un barcelonés el idolatrado bikini.

Motivos que nos llevan hoy a reivindicarlo, sino como manjar culinario, sí como referencia que trasciende a lo propiamente gastronómico y se traslada a lo cultural porque un campero es tan malagueño como puede ser un espeto de sardinas, una fritura, los helados de Casa Mira, un paseo por calle Larios o el recital de cafés y formas de llamarlo que tienen a bien en la capital malagueña.

Así nos ponemos en danza para traeros varias referencias, testadas por locales, donde comerse los mejores camperos de Málaga. Y por si estáis lejos, aquí os dejamos la receta.

Los Paninis

Es de justicia iniciar la lista con un local que, aunque está cerrado desde hace apenas ocho años años, inició esta fiebre molletera. la aventura la inició Miguel Berrocal a finales de los setenta, dueño de este local en la calle Victoria, que bautizó así al bocadillo por llevar ingredientes del campo y cuyo secreto estaba en un buen pan.

Aquel fue el germen, que secundó su yerno José Antonio Gutiérrez, hasta que en 2013 echaron el cierre. Por el camino, el campero clásico -que debe aderezarse con kétchup, mayonesa y mostaza- y que solo tenía los citados ingredientes principales. Todo ello en un mollete grande, unos 25 centímetros, que debía ser tierno, pero crujiente.

Un vistazo a…
Tres sándwiches deliciosos para el almuerzo o la cena

Mafalda

Más de tres décadas lleva esta hamburguesería haciendo sus camperos, también entre los más famosos de Málaga, aunque en este caso nos tenemos que ir a Pedregalejo, donde casi a pie de playa sorprenden sus mafaldones, que es una versión aún más contundente del clásico campero.

Si habitualmente con un campero comen dos personas -si ponemos algo más en el medio-, con un mafaldón pueden comer tres con ganas. La receta no varía en lo básico, aunque se puede llevar a un peldaño superior metiéndole bacon, tortilla francesa o, como es habitual, un filete de pollo a la plancha, que es la versión más extendida y prémium del campero.

Hamburguesería Mafalda. Paseo Marítimo el Pedregal, 71. Teléfono: 952 29 90 13.

Valdi

"¿Quedamos en el Valdi?" ha sido durante décadas una de las frases más repetidas de los fines de semana malagueños, sobre todo cuando este tótem de las hamburguesas tenía su sede en Duque de la Victoria, en pleno centro de la capital.

Modas, nuevos gustos y la revalorización de la zona hizo que al propietario del local le resultase más rentable venderlo que seguir alquilandóselo a Enrique 'Valdi' Valdivieso, que hizo las maletas tras 35 años en el centro y se trasladó con sus camperos a Capuchinos. Aquí sigue haciendo este bocadillo, donde el tomate malagueño cobra vital importancia, y que ofrece sándwiches con los que uno puede comer perfectamente.

Valdi. Alameda de Capuchinos, 24. Teléfono: 686 63 57 24.

Barrio Pinto

Si crees que en el campero no cabe la innovación más allá del pollo, el huevo o el bacon estás de suerte para abrir los ojos en Barrio Pinto, un local bastante joven fiel a la tradición de burguer malagueña donde aparte de bocadillos, hamburguesas y buenos entrantes -curiosos los palitos de queso rebozados en Risketos- también hay camperos, claro, que se suman a su oferta de delivery.

Presumen, y con razón, de usar buenas materias primas y tanto es así que hasta el kétchup es casero, lo cual es un punto a favor. Más allá, encontramos rarezas sabrosas como el campero Pastela (pollo cocinado con especias al estilo marroquí y con unas láminas dulces y crujientes).

Fuera del purismo también encontramos el campero de pastrami, el de pollo tandoori (ideal para amantes del picante) y el gringo, que pone en suertes a cinta de lomo adobada, queso, bacon y salsa barbacoa que elaboran ellos mismos.

Barrio Pinto. Calle Maestro Serrano, 6. Teléfono: 952 43 74 37.

Durán Durán

Un alarde anacrónico de marketing en el nombre y de camperos en su cocina. Aquí hay que enfatizar el uso de la tilde para conocer las maravillas que Pepi Durán lleva preparando desde hace más de 30 años, muy cerquita del Parque del Oeste.

Perfecta definición de bocatería, la carta está consagrada al campero, que tiene apellidos musicales en todas sus versiones y que, además del clásico, trabaja otras covers como el OBK, el Bon Jovi o el Bisbal, uno de sus grandes hits, que a los ingredientes habituales suma la contundencia de la panceta, del huevo frito y del pollo a la plancha. Vamos, todo un plato combinado metido en un enorme mollete para decir ave maría.

Nenina

No tiene tanta solera, pero se ha ganado un hueco en el favor de los malagueños en su corta vida (apenas ocho añitos) y es que la especialidad del Nenina son las pizzas, pero no dejan de lado el resto de repertorio fast food malacitano.

Hamburguesas, pizzas, baguettes y una oferta corta, pero suficiente, de camperos son los alicientes para acercarse a esta pizzería en Teatinos y Rosaleda. Entre los que destacan está el contundente San Francisco (con huevo, pollo y bacon), pero también se puede ir al clásico, más descargadito.

Pizzería Nenina. Calle Antígona, 17. Teléfono: 951 430 130.

El Dorado

Aunque la bandera de esta santa y joven casa son los pollos asados, sus camperos no se quedan a la zaga, y es que se han convertido en uno de los referentes de Teatinos a la hora de pensar en comer rápido, bien y barato.

Como no podía ser de otra forma, han llevado el planeta Campero a otras galaxias cercanas, haciendo que su famoso pollo asado se cuele entre lonchas de jamón, panceta, huevo hojas de lechuga, dando vida así al Campero Dorado, que bien merece pasar por aquí para ser descubierto.

El Dorado. Calle Eolo, 21. Teléfono: 952 27 93 88. 

Maruchi

No deja de haber cierta ironía en que el Maruchi, como así se le llama, esté en la calle Quitapenas, en plena playa del Palo, donde son muchos los malagueños y turistas que han acudido aquí al reclamo de sus camperos.

Está el clásico, claro, además de otra decena de bocadillos, pero uno de los que más predicamento es el de pollo picante y huevo frito, donde el secreto no está solo en el campero, sino también en el picante casi adictivo del pollo.

Maruchi. Calle Quitapenas, 111. Teléfono: 952 91 94 44.

Carpanta

Al Carpanta hay que ir con dos cosas claras: o saber lo que quieres de antemano o saber que vas a tener que leer mucho. Bocatería icónica donde las haya, abierta desde 1988, el recital de entrepanes que aquí acontece haría feliz durante varias vidas al mítico personaje de Escobar.

Hay perritos, hay hamburguesas, hay showarmas, hay bocatas y claro, hay camperos; hasta una veintena. Con semejante despliegue queda claro que no hay palo sin tocar. Pollo, bacon, distintos quesos, costillas de cerdo, salsas roquefort, mozzarella, atún, jamón serrano... ¡hasta tortilla de patatas!

Sin embargo, si uno quiere descubrir la esencia de la casa, que vaya al campero Carpanta: jamón cocido, huevo, queso, bacon, pimiento rojo, pollo a la plancha y nuestros imprescindibles tomates y lechuga, para refrescar el bocado.

Carpanta. Calle Martínez de la Rosa, 81, Bajo. Teléfono: 952 27 51 94.

Eladio Campero

Bautizar como Campero a tu local es toda una declaración de intenciones si estamos hablando de un negocio en Málaga. Evidentemente, el rey de la carta es este bocadillo, que alcanza notas de crujiente más que interesantes en cada bocado y donde el reto, generalmente, está en no ponerse perdido.

Más allá de conseguirlo, la realidad es que sus camperos se cuentan entre los mejores de la capital malacitana y son varias generaciones ya de camperolovers los que los han descubierto. Si no estás por la labor, cosa que nos extrañaría si has llegado hasta aquí, tiene también unas hamburguesas que quitan el sentido.

Eladio Campero. Calle la Bohème, 8. Teléfono: 952 30 85 89.

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Mendivil

Echamos el cierre a esta ruta por los camperos malagueños con otro clásico. Casi cuatro décadas de bocatas y hamburguesas dan lustre a esta casa por la que es raro que no haya pasado ningún malagueño alguna vez. Pepitos, perritos, kebabs y camperos generosos, baratos y variados cimentan a base de mayonesa, pan, jamón y tomate esta hamburguesería clásica.

Si apostamos por lo transgresor, buenas opciones son el de kebab y salsa de yogur, pero también el de lomo adobado, aunque la gran estrella de la casa es el Mendivil, claro, que consta de pollo asado, bacon, queso, huevo a la plancha, mahonesa y su ración justa de lechuga y tomate. Si lo ves demasiado contundente, el clásico siempre funciona y con uno de ellos estás más que comido.

Mendivil. Calle Eslava, 13. Teléfono: 952 36 00 93.

Imágenes | Hamburguesería Barrio Pinto / Carpanta / Eladio Campero

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