Decir Flash Flash en Barcelona equivale a una declaración de intenciones muy nítida: significa cabalgar con la gauche divine que conformó la élite intelectual de los años 70 y 80.
Este local, en realidad, este restaurante ayudó a transformarse a una ciudad que era gris y estaba desconectada de Europa, y contribuyó a darle su actual carácter innovador y cosmopolita. El look rompedor y transgresor del local siguió la tendencia de esa izquierda revolucionaria pero muy chic.
Asimismo, su diseño pop propio de la década forma parte de la imagen de la ciudad. Su apuesta por los colores blanco, negro y toques rojos reflejan el inconformismo que la dictadura empezaba a tolerar.
El bar de las modelos
A Flash Flash iban a diario las modelos de las agencias que a partir de los años sesenta se fueron instalando en la calle Tuset, al lado de este conocido emblema de la modernización barcelonesa.
En aquella época no era normal encontrar en la ciudad restaurantes y bares frecuentados por mujeres o, como lo explican desde el local “con la ansiedad con la que acudían al Flash”.
El fotógrafo Oriol Maspons, conocido retratista de la gauche divine, las inmortalizó en una extensa obra (mucho más allá), y, de hecho, reconoció en una entrevista con La Vanguardia que en sus fotos no usaba modelos profesionales, sino a las chicas de la calle Tuset “porque eran diferentes”.
Él y el artista Xavier Miserachs, otro conocido fotógrafo de la época, estaban impresionados y alucinados de ver cómo se propagaba en aquel entonces la minifalda. “Fue un cambio de estética absoluto y duró bastante tiempo”, relataba.
De hecho, entre las conocidas como chicas de la calle Tuset estaba su propia mujer, Coral Majó, que posó como una madre moderna con minifalda amarilla delante de la icónica fachada del restaurante para convertirse en portada de la publicación Gaceta ilustrada de 1970.
La reportera Karin Leiz
Pero esas no eran todas las mujeres que protagonizaron ese local, pues en sus paredes se encuentran las imágenes de una divertida fotógrafa en diferentes gestos y actitudes que interpela al comensal.
Estas imágenes las tomó el famoso fotógrafo barcelonés Leopoldo Pomés a Karin Leiz en 1969 para decorar las paredes del restaurante, y actualmente son todo un icono del local y de la Barcelona de entonces.
En cuanto al espacio, más allá de las imágenes en blanco y negro de aquella intrépida reportera, el restaurante está todo decorado en color blanco. Fue una creación en 1970 de los arquitectos Correa y Milà, con sofás corridos y mesas de formica.
El local nació, en concreto, el 3 de julio de 1970 como tortillería, y actualmente se mantiene en pie con esta vocación pero, claro está, con una carta más amplia. De hecho, acaba de cumplir los 54 años de historia y lo ha hecho con una serie de eventos conmemorativos.
En su carta se encuentran más de 50 tortillas diferentes, entre ellas clásicos como la de patata, berenjena, tomate y cebolla, pero también pastel de tortilla, tortilla con pollo y bechamel, tortilla de trufa y queso y tortilla de setas, entre tantas otras referencias.
Flash Flash
- Dirección: Granada del Penedès, 25. Barcelona
- Teléfono: 932 37 09 90
- Precio: 30 €
- Horario: De domingo a jueves, de 13 a 16.30 horas, y de 20 a 24 horas. Viernes y sábado, de 13 a 16.30 horas y de 20 a 0.30 horas
Foto | flashflashbarcelona