El 20 de enero está marcado en azul y blanco en el calendario de todos los donostiarras, día de San Sebastián, y el momento en que la ciudad se abarrota, entre desfiles de cocineros y soldados, tocando tambores y barriles desde la medianoche del día 19 de enero.
Un día de fiesta y música popular que merece la pena ver al menos una vez en la vida y luego que, como es lógico, se puede sazonar con pintxos, alta cocina, las maravillosas vistas de la playa de la Concha, del flanqueo que los montes Igueldo y Urgull hacen de la bahía de Donosti, de su casco viejo o del encanto de zonas como el Antiguo o Gros.
Una de las grandes capitales de la cocina española, sino la que más, Donosti es el epicentro mundial del pintxo y una de las cunas de la alta cocina, incluidas algunas de las estrellas Michelin más reconocidas y longevas de España como Arzak, Akelarre o Martín Berasategui, si bien este último ubica su restaurante en Lasarte.
Sin embargo, hoy os vamos a proponer una ruta de Donosti para disfrutar en 48 horas donde tampoco haya que dejarse una fortuna en restaurantes de alto copete (eso lo dejamos a vuestro gusto) y sí indicaros unas cuantas direcciones fundamentales para disfrutar de pintxos tradicionales, de bares accesibles y con buen género, de mercados en los que deleitarse, de pastelerías donde triunfar con la merienda o de restaurantes de nivel que no necesiten meses de reserva como pueden ser esta ruta de mejores parrillas de pescado y asadores de carne de Guipúzcoa.
Día 1: a pintxos y a clásicos
Donosti es una ciudad amable para el peatón y muy paseable, razón por la que la mejor forma de conocerla es a pie, pues además sus mayores encantos están muy cerca unos de otros. En este caso, nuestro primer día lo concentraríamos en paladear la parte vieja (Alde Zaharra), que es la zona con más encanto de la capital guipuzcoana.
En prácticamente cualquier ciudad del mundo, lo más conveniente suele ser alojarse lo más céntrico posible y Donosti, aunque tiene una oferta hotelera muy competente en toda la ciudad, también cumple con esa máxima, así que os recomendamos estar en el meollo que la parte vieja marca. Donosti cuenta con la suerte de estar bien conectada a través del tren y de tener estaciones muy bien situadas que permiten no depende de coche al turista, salvo que queramos hacer alguna escapada fuera de la ciudad.
Mañana: el corazón verde y unos cuantos pasos con historia
Puesto que la ruta que nos vamos a marcar es eminentemente gastronómica, quizá sea una buena idea ir abriendo boca con el despertar en un paseo matutino hacia el Monte Urgull, el corazón verde incrustado en la ciudad, y cuyos miradores, tanto a Donosti como a su bahía y al mar son imprescindibles. De acceso gratuito, bien señalizado y asequible para todo tipo de personas, conforma la mejor manera de familiarizarse desde las alturas con la Bella Easo (el sobrenombre que recibe la ciudad).
Una vez abajo, podemos seguir apostando por conocer un poquito más de las tradiciones guipuzcoanas acercándonos al Museo de San Telmo, a los pies del Urgull, un museo etnográfico que explica la historia de San Sebastián, sus orígenes y está muy bien documentado y que recomendamos visitar para poder comprender lo que significa la ciudad de Donosti y esa idiosincrasia tan particular que tiene.
También, si nos cunde la mañana y somos de madrugar, conviene ir comprobando que Donosti es una ciudad que vive por y para comer. Acercarnos a ver cómo se trabaja en el Mercado de la Bretxa, recientemente reformado, o el de Mercado de San Martín, también renovado hace escasos años, es perfecto para aquellos que disfruten conociendo de primera mano este mundillo.
Si sois queseros, otra parada imprescindible en San Sebastián es acercarse a Elkano 1 - Gaztagune, una tienda de quesos donde además de piezas internacionales también hay elementos vascos hechos por ellos mismos y que demuestran la nueva ola del queso nacional.
Información útil
Museo de San Telmo. Plaza Zuloaga, 1, 20003 Donostia-San Sebastian, Gipuzkoa.
Elkano 1 - Gaztagune. Elkano Kalea, 1, 20004 Donostia, Gipuzkoa.
Mercado de la Bretxa. Boulevard Zumardia, 3, 20003 Donostia, Gipuzkoa.
Mercado San Martín. Urbieta Kalea, 9, 20006 Donostia, Gipuzkoa.
Comida: los pintxos fundamentales y fundacionales
En Donosti nació la gilda, entre otros muchos bocados, y aunque también tiene que hacer frente a un siglo XXI donde cada vez hay más propuestas de menos autenticidad, sigue habiendo ciertos clásicos donde hay que hacer un alto imprescindible. Nuestro recorrido toca varios palos de pintxos que sí o sí han escrito páginas de gloria gastronómica en Donosti y que os aconsejamos acompañar por los zuritos (el nombre de la caña de cerveza aquí), por un trago de txakoli o incluso por la clásica sidra vasca.
La cosa es tan seria que incluso hay un Instituto del Pintxo, donde hay una serie de garantías que avalan que los miembros elegidos cumplen con fórmulas de calidad, tamaño, producto y concepto que pueden servirnos para fiarnos a la hora de cambiar de barras.
Fundamental es parar en el Bar Txepetxa y descubrir sus anchoas (no en salazón, sino realmente boquerones en vinagre) que se acompañan de decenas de guarniciones; también en el Antonio Bar y darse el gustazo del Igueldo (tomate confitado, ventresca de bonito, anchoa y piparra) o el ravioli de langostino en salsa de Martini; de La Espiga sacamos el pintxo de anchoa en salazón con hueco y vinagreta, y del Ganbara la tartaleta de txangurro, o las 'pipas' del Tamboril, que no son otra cosa que langostinos rebozados en pasta orly.
Información útil
Bar Txepetxa. Arrandegi Kalea, 5, 20003 Donostia, Gipuzkoa.
Antonio Bar. Bergara Kalea, 3, 20005 Donostia, Gipuzkoa.
La Espiga. San Martzial Kalea, 48, 20005 Donostia, Gipuzkoa.
Ganbara. Calle de San Jerónimo, 21, 20003 Donostia-San Sebastian, Gipuzkoa.
Tamboril. Arrandegi Kalea, 2, 20003 Donostia, Gipuzkoa.
Tarde: merienda de pastelería y la parte más sacra
Quizá hayáis quedado con hambre (o no), pero Donosti tiene a bien ser otra de esas ciudades donde la confitería tiene justo nombre y fama. Después de nuestro tute de pintxos, la recomendación es seguir haciendo hueco por el Centro y acercarnos a la Plaza de Guipúzcoa y a la Catedral del Buen Pastor, dos de los iconos arquitectónicos de Donosti y el 'techo' de la ciudad, pues ningún edificio puede ser más alto que la aguja de la catedral.
Aquí os recomendamos que busquéis los carteles de Otaegui, una de las confiterías más legendarias de la ciudad, y hacer acopio de su aún más legendaria panchineta. También recomendamos acercarse a la pastelería Aguirre y comprar uno de sus brioches de cuatro puntas, un bollo jugoso y tierno, cargado de mantequilla, que hará a la vera del café las delicias de cualquier amante del dulce. Por último, no menos fundamental es acercarse a Aramendia y buscar el famoso pastel vasco, otro imprescindible para llevaros un recuerdo dulce de Donosti.
Información útil
Catedral del Buen Pastor. Urdaneta Kalea, 12, 20006 Donostia, Gipuzkoa.
Pastelería Otaegui. Narrika Kalea, 15, 20003 Donostia, Gipuzkoa.
Aguirre. Garibai Kalea, 1, Bajo, 20004 Donostia-San Sebastian, Gipuzkoa.
Aramendia. Txurruka Kalea, 12, 20004 Donostia, Gipuzkoa.
Cena: Gandarias o el asalto a La Viña
Quizá sigas teniendo hambre (quizá), y quizá te apetezca hacer un par de asaltos a clásicos donostiarras que al menos en un primer viaje son ineludibles. Ambos están en la Parte Vieja y los dos son éxitos asegurados. Si quieres una barra ajetreada, buenos pintxos y luego la opción de sentarte a la mesa para comer una buena chuleta o buen pescado al horno, el Gandarias es uno de los lugares a los que peregrinar.
Si de peregrinos hablamos para la cena, no menos leyenda es la de La Viña, la casa que alumbró a la tarta de queso más famosa de Euskadi y de España y que, además, es un restaurante de primera donde disfrutar de clásicos de la cocina vasca como el txangurro a la donostiarra, la merluza a la koxkera o los chipirones en su tinta. El postre, evidente.
Información útil
Gandarias Jatetxea. 31 de Agosto Kalea, 23, 20003 Donostia, Gipuzkoa.
La Viña. 31 de Agosto Kalea, 3, 20003 Donostia, Gipuzkoa.
Día 2: innovación contenida y el Donosti marino
48 horas, como en cualquier destino español, es un tiempo muy exiguo como para gozar y disfrutar de una ciudad en profundidad y Donosti no es menos. Sin embargo, La Concha exige uno de esos paseos de largo recorrido para comprobar la importancia de esta playa en la capital easonense. Además, vamos a vestir de modernidad esta segunda parte del recorrido para que comprobemos cómo se puede entrar con éxito en el siglo XXI.
Mañana: disfrutar de la Concha
Acercarse por su Paseo Marítimo o disfrutar de la playa son dos placeres que no entienden de tiempo ni estación, y que invitan a recorrer y abrir paso al hambre con un paseo que explica también el porqué del éxito turístico de Donosti a finales del siglo XIX, incluyendo el imponente palacio de Miramar y la arquitectura que luce todo el barrio de Mirakontxa.
Comida: historia, vanguardia y legado en Kofradia - Itsas Etxea
Tiempo atrás, Donosti fue un imponente puerto pesquero que ha ido perdiendo empuje a lo largo de los años, pues además el puerto de la ciudad no está tan habilitado para las exigencias de las pesquerías modernas. Aún así, dar un paseo por la parte portuaria, aún cuajada de casas de marineros y pescadores, siempre es un placer.
Allí además encontramos una parada gastronómica casi obligada con Kofradia - Itsas Etxea, la conversión de la antigua cofradía de pescadores de la ciudad en un centro de valorización y restaurante, donde al mismo tiempo que uno conoce la historia de la ciudad a costa de esta Casa del Mar (eso significa Itsas Etxea), comprueba cómo hemos ido evolucionando.
A las dosis de historia se suma una cocina mimada, cercana y que se basa en los pescados de bajura que llegan a los puertos de Euskadi, donde no se encontrarán alardes en distancia ni fuera de temporada. Perfecto para conocer un poco más la cocina vasca, no nos iríamos de aquí sin probar la sopa donostiarra, el pastel de pescado o cualquiera de las opciones a la brasa de la pesca del día.
Información útil
Kofradia - Itsas Etxea. Kaimingaintxo Plaza, 1, 20003 Donostia, Gipuzkoa
Tarde: una Donosti algo más gamberra
No vamos a negar que Donosti es una ciudad con un ambiente señorial y clásico, eso es evidente y parte de su encanto, pero podemos disfrutar de una Donosti más jovial si nos damos un paseo por los bares de Gros por la tarde, que institucionalizaron el pintxo pote de los jueves y que presenta precios más amables que el Centro o la Parte Vieja.
Uno de los barrios expansivos de la ciudad, también aquí podemos sorprendernos con el puente que cruza el Urumea y con la impresión que el Kursaal, el palacio de congresos de la ciudad que da vida al Festival de Cine y también al Jazzaldia, supone, perfectamente integrado en el entorno náutico de la capital easonense.
Ya de vuelta a la Parte Vieja, si queremos seguir estirando la cerveza, os recomendamos dejaros caer por el bar Akerbeltz, otro de esos rincones de nuevos latidos que, sin embargo, mantienen la tradición y el buen trato. Aquí lo más honesto es dejarse seducir por las cervezas artesanas, en especial las de la marca Basqueland, una de las más premiadas del mundo y que se elabora a apenas 15 kilómetros de Donosti, que nos servirá para entonar el cuerpo antes de la traca final.
Información útil
Akerbeltz. Mari Kalea, 19, 20003 Donostia, Gipuzkoa
Cena: Sukaldean o donde el sushi se euskalduniza
En la senda de la alta cocina, pero desde un concepto aún terrenal y asumible, Sukaldean Aitor Santamaría es uno de esos restaurantes que harán mucho ruido en los próximos años en Donosti y su chef, heredero de una saga de grandes cocineros, la cabeza visible de un proyecto ubicado en los bajos del hotel Zenit Convento San Martín.
Ofrecen un menú degustación que permite tocar parte de esos palos del 'euskal sushi' y que resultan muy originales como el maki de merluza frita y piquillo o el maki de chipirón en su tinta. Junto a ello, también desembarcan una carta de quesos que se va a convertir próximamente en el primer menú degustación a base de queso de España.
Además, el resto de la carta avala la versatilidad de Santamaría en la cocina, perfecto conocedor de los clásicos de la cocina vasca y al que no le tiembla la mano para bordar las kokotxas a la parrilla o la txuleta, pero que tiene talento y capacidad para demostrar otras vidas en platos como la ostra con porrusalda, la lubina con calamar o la imponente paloma asada con maíz. Una de las mejores y mayores sorpresas de Donosti y un restaurante al que ir ahora que todavía no está en boca de todos.
Información útil
Sukaldean Aitor Santamaría. San Martin Kalea, 45, 20007 Donostia, Gipuzkoa
Imágenes | Donostia San Sebastián Turismoa
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