Tribuna Libre
El libro de José Bretón: el 'monstruo de Las Quemadillas'
«Frente a los derechos del escritor de libertad de expresión y creación literaria, se encuentran otros también fundamentales. Y todos tienen el mismo rango constitucional»
Anagrama no distribuirá el libro sobre Bretón y niega que haya cobrado por el mismo
Ruth Ortiz presenta una denuncia por posible quebrantamiento de condena de Bretón por su libro

La editorial Anagrama, mostrando interesada prudencia pese a la desestimación por un juez de Barcelona de la medida cautelar de suspensión de la publicación solicitada por la Fiscalía de Menores, ha decidido no dar todavía luz verde al libro 'El odio', del ... periodista Luisgé Martín. Dos años carteándose con el 'monstruo de Las Quemadillas' y una entrevista para que el asesino parricida de Ruth y José diga ahora lo que en 2013 dijo una sentencia: que asesinó a sus dos hijos de 6 y 2 años (añado: para matar en vida a su madre, siendo así que a partir de este horrendo y diabólico crimen se acuñó en España el término 'violencia vicaria' como manifestación de la violencia de género), quemando sus cuerpos (nunca sabremos si vivos o muertos) en un improvisado horno crematorio para hacer desaparecer las pruebas, algo que el asesino filicida no consiguió.
Derechos enfrentados
Frente a los derechos fundamentales del escritor (libertad de expresión y creación literaria, artículo 20 CE), se encuentran otros derechos fundamentales (derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, artículo 18 CE). Por su ubicación en la Constitución, ambos derechos tienen el mismo rango constitucional. Pese a lo manifestado por nuestro hoy desprestigiado Tribunal Constitucional (ninguno de ellos tiene un carácter absoluto respecto al otro), soy un acérrimo defensor de la libertad de expresión. No puede ser de otra manera en un Estado de derecho. Los delitos de calumnia e injuria deberían estar fuera del Código Penal. Basta con la protección que brinda la legislación civil.
En contra de lo manifestado erróneamente, los muertos no tienen honor. Sólo en la medida en que la lesión del honor de la persona fallecida trascienda al honor de la persona viva, ésta podrá querellarse. O acudir a la vía civil interponiendo la pertinente demanda, al amparo de la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
Medida cautelar de suspensión
El rechazo de la medida cautelar de suspensión, que está recurrida ante la Audiencia Provincial de Barcelona, se debe a que, de los brevísimos extractos del contenido del libro publicados en los medios por su autor, es imposible conocer si, de manera indiciaria, pueden verse lesionados los derechos fundamentales de la madre. La adopción de una medida cautelar exige (artículo 728 LECiv) una apariencia de buen derecho; la actuación rápida para evitar un riesgo; y el prestar una fianza o aval. El juez de Barcelona, como digo, no ha podido hacer tal comprobación dado el material presentado por el solicitante (recortes de periódico).
El escritor no quiso hablar con la madre. Ni siquiera estimó que debía informarla de su investigación. No le pareció oportuno. Tampoco la editorial Anagrama ha considerado oportuno enviarle un ejemplar del libro al juez de Barcelona, como sí hizo con algunos medios (en la actualidad, el libro ya está en muchas librerías, que por solidaridad con Ruth Ortiz han paralizado la venta).
La Audiencia Provincial de Barcelona confirmará el auto del titular del Juzgado de Primera Instancia 39 de Barcelona. Ello no impedirá, sin embargo y una vez conocido el contenido del libro, que pueda interponerse la demanda, si el mismo resulta lesivo para los mencionados derechos fundamentales de la madre. Y entonces, que los tribunales decidan cuál de ellos debe prevalecer sobre el otro.
¿Qué delitos pueden haberse cometido?
Sin leer el libro, difícil es no dar palos de ciego. Pero podemos descartar algunos. Injuria es la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona. Exige, además, un elemento subjetivo adicional al dolo o intención (el ánimo de injuriar). No la habrá, siendo más factible que pueda prosperar una demanda en vía civil por vulneración de la citada Ley Orgánica 1/1982. El quebrantamiento de condena en su modalidad de no comunicar con la madre por cualquier medio, intento desesperado pero comprensible de la misma para paralizar la venta del libro, parece, sin entrar en tecnicismos jurídicos por lo breve del espacio, también condenado al fracaso. Quizás pudiera existir un delito contra la integridad moral, de darse los elementos típicos que exige tal infracción penal.
¿Qué saca de esto José Bretón?
Puesto que no va a cobrar ni un céntimo, nada. Su momento desgraciado de gloria ya pasó. El reconocer que asesinó cobarde y vilmente a sus dos hijos, el colaborar con la justicia en el esclarecimiento de monstruoso crimen, hubiera podido tener alguna relevancia en forma de atenuante cuando fue detenido y se realizó aquella inspección ocular en la Ciudad de los Niños. Tampoco parece que el haberlo reconocido dentro de prisión en aplicación de algún programa rehabilitador dentro de su tratamiento le haya servido para obtener algún beneficio penitenciario (permiso de salida).
José Bretón fue condenado a 40 años de prisión por el asesinato agravado por parentesco de sus dos hijos (20 años por Ruth, y 20 años por José). El cumplimiento efectivo de la pena privativa de libertad será, empero y conforme a ley, de 25 años. Luego saldrá a la calle quien merecía una condena como la de tantos asesinos, prisión permanente revisable, que llegó cuatro años después de cometer tan horrendo crimen (irretroactividad de la ley desfavorable).
Su madre, según cuenta el asesino parricida, siempre lo supo y le perdonó. Ni siquiera una madre debe perdonar a quien ha asesinado a sus propios nietos. Aunque sea su hijo.
Herminio Padilla es profesor de Derecho Penal de la Universidad de Córdoba (UCO)
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