Siempre decimos que para prevenir o revertir enfermedades la alimentación que llevamos debe ser personalizada, y los genes pueden ser la clave para individualizar la dieta, pues aunque la nutrigenómica se veía como una ciencia de aplicación lejana, ya está entre nosotros.
Los genes, la llave de una dieta saludable
Si realmente queremos una dieta que nos ayude a prevenir enfermedades y/o que sirva como terapia para algunos males, los genes son la verdadera llave y los que guardan el secreto de una alimentación no sólo personalizada sino también, sana para nuestras necesidades y condiciones.
Hoy en día las enfermedades crónicas son la principal preocupación en temas de saliu, y entre ellas, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes son los enemigos más temidos. Quizá por ello, las investigaciones apuntan a lograr dietas que contribuyan a la prevención de dichas patologías.
Así, el Grupo EPIGEM de la Universitat de València trabaja desde hace tiempo estudiando la relación gen- dieta con el fin de personalizar dietas mediterráneas que ayuden a prevenir y/o revertir enfermedades cardiovasculares.
De esta manera, vemos que ya no está muy lejana la aplicación de la nutrigenómica en nuestras vidas para personalizar la dieta o encontrar la verdadera dieta sana acorde a lo que dicen nuestros genes.
Nuestros hábitos, gatillo disparador de enfermedades
Aunque es cierto que muchas enfermedades crónicas tienen un fuerte componente genético, la realidad es que el gatillo disparador de las mismas son nuestros hábitos, de allí que este tipo de patologías se denominen crónicas no transmisibles, pues es nuestra dieta, el ejercicio, el estrés y otro tipo de comportamientos los que pueden desencadenar o retrasar y hasta evitar las enfermedades que se encuentran programadas en mayor o menor medidas en nuestro genoma.
Es decir, dos hermanos gemelos con igual componente genético pueden tener enfermedades diferentes en función de los hábitos, tal es así que aunque uno desarrolle diabetes u obesidad a muy corta edad, el hermano idéntico con una dieta más sana y la práctica de ejercicio regular puede no presentar nunca tales enfermedades o hacerlo a edades mucho más avanzadas.
Es ésta herramienta la que la nutrigenómica nos permite utilizar, pues en un futuro cercano, mediante el estudio de nuestros genes podremos determinar si es una dieta alta en grasas o baja en colesterol, o bien, una dieta rica en fibra o con mayor porcentaje de proteínas la que nos permita neutralizar nuestros genes o evitar su expresión y así, prevenir enfermedades.
Si conociéramos cuál es la dieta que a nuestro cuerpo le impide la manifestación de genes que expresan enfermedades, de seguro el desarrollo de las mismas sería muy inferior, de allí que nuestros hábitos de la mano de lo que dicen nuestros genes, podrán dejar de ser el gatillo disparador de enfermedades para ser la llave que neutraliza o evita las mismas.
No sólo eso, sino que además, aquella dieta personalizada y determinada por nuestros genes puede incidir a largo plazo en el genoma y dejar huellas positivas que nos ayuden a reducir la predisposición genética a determinadas enfermedades, pues con otros hábitos, como el ejercicio, se han visto cambios genéticos a nivel muscular beneficiosos y lo mismo podría suceder con la dieta, ya que el ambiente también puede modificar nuestros genes.
El potencial uso de la nutrigenómica
Como hemos dicho, ya esta aquí esta ciencia que estudia la relación gen- dieta y que podría ser la clave para lograr una dieta personalizada que nos ayude a cuidar la salud acorde a lo que dice nuestro genoma. Sin embargo, el potencial uso de la nutrigenómica aun es limitado.
Dado que para sacarle provecho al estudio de los genes muchos profesionales necesitarían estar capacitados en el tema y todo en función de ello debería ser diferente a como es en la actualidad, aun se ve incierta la utilidad de la nutrigenómica.
Si desde ahora el sistema de salud analizaría nuestro genoma cuando nos hacen la prueba del talón al nacer y a partir de ahí todas las decisiones en torno a nuestra salud se tomaran conociendo lo que dicen nuestros genes, sin duda viviríamos en un mundo soñado, pues contaríamos no sólo con dieta sino también, con medicinas, tratamientos, entrenamientos y todo personalizado para promover el cuidado del organismo conociendo nuestra predisposición genética.
Sin embargo, para ello se necesita que un sistema de salud general se responsabilice del uso de la nutrigenómica y que el estudio de los genes se instale como un procedimiento de protocolo que todos deben respetar, algo que está claro, aun falta mucho para lograr.
Por ello, aunque el potencial uso de la nutrigenómica es muy alentador e ideal si lo vemos con buenos ojos, aun no lo podemos dimensionar, ya que si bien la ciencia está entre nosotros, su utilidad es aun limitada dado lo poco que se inserta en el sistema de salud actual.
Bibliografía consultada | Univeritat de València y Journal Epigenetics, Volume 9, 2014 - Issue 12
En Directo al Paladar | Combinación de genética y nutrición: nutrigenómica
Imagen | iStock y Pixabay
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