Almidón resistente: qué es, cuáles son sus beneficios y cómo incorporarlo a tus platos

Cuando hablamos de almidón imaginamos un hidrato de carbono y por lo tanto, lo consideramos "no tan bueno" para el organismo. No obstante hay opciones muy sanas como el almidón resistente. Te contamos qué es, cuáles son sus beneficios y cómo incorporarlo a tus platos habituales para aprovechar al máximo sus propiedades.

Qué es el almidón resistente

El almidón resistente es un componente de muchos alimentos que resiste a la digestión del organismo. Es un almidón que no se digiere por completo y  por lo tanto, tiene un efecto semejante a la fibra en nuestro cuerpo.

Se encuentra presente de forma natural en muchos alimentos pero también podemos generarlo o favorecer su producción en nuestras preparaciones, manipulando o cocinando de diferentes formas los alimentos  fuentes de almidón.

Los beneficios del almidón resistente para el organismo

Cómo hemos dicho, el almidón resistente no se digiere completamente lo cual implica que su consumo retrasa el proceso digestivo y de esta forma, promueve la saciedad siendo por esto de gran utilidad al momento de controlar la cantidad que comemos.

Además, su ingesta promueve la liberación de péptidos y hormonas que regulan el apetito. Por lo tanto, puede ser de mucha ayuda al momento de perder peso así como también, se lo considera un buen recurso para prevenir la diabetes tipo 2 y la obesidad o bien, para controlar estas patologías.

El almidón resistente tiene un efecto prebiótico en el organismo que puede beneficiar en la composición de la flora intestinal y de esta forma, contribuir al buen funcionamiento del sistema de defensas de nuestro cuerpo así como a un correcto metabolismo.

Por lo antes dicho, el almidón resistente también representa un estímulo intestinal, es decir que contribuye a un ritmo de evacuación adecuado y favorece la prevención así como el control del estreñimiento en nuestro cuerpo.

El almidón resistente puede ayudar a prevenir enfermedades degenerativas como el cáncer de colon, y ser útil por ejemplo para controlar l´ípidos en sangre. Todo esto le permite ser considerado un alimento funcional que no podemos dejar de aprovechar en nuestra dieta si queremos cuidar la salud.

Cómo incorporar almidón resistente tus platos

Todos los alimentos que tienen almidón, especialmente los que concentran una mayor proporción de amilosa, son fuente de almidón resistente. Entre estos se encuentran: el plátano, los granos enteros o cereales integrales y derivados, las legumbres, las patatas, o el boniato.

Asimismo, podemos incrementar la proporción de almidón resistente de estos alimentos al manipularlos adecuadamente por ejemplo cocinando y enfriando los mismos o bien, cocinando y recalentando tras haberlos enfriado.

En el caso del arroz o las pastas así como de otros cereales, se recomienda su  cocción al dente para incrementar la proporción de almidón resistente de su interior.

Y si se trata de plátano, lo ideal es escoger ejemplares inmaduros que resultan excelentes fuentes de almidón resistente así como también el boniato o las mazorcas de maíz.

Las patatas se recomienda consumirlas en ensaladas ya que serán opciones cocinadas y enfriadas que podemos combinar con otros ingredientes de calidad y obtener almidón resistente en nuestro cuerpo.

Algunas recetas que incluyen almidón resistente son:

Estos son algunos alimentos y platos que pueden ayudarnos a sumar almidón resistente a nuestra mesa habitual y disfrutar de sus beneficios para el organismo.

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