Vuelvo a soñar con casas de campo, chimeneas y el crepitar del fuego de leña, mientras me consuelo cocinando boniatos de temporada en casa. Si el microondas es el aparato más rápido para esta tarea, la olla de cocción lenta nos ofrece otro método incluso más sencillo y, sobre todo, mucho más satisfactorio. Obviamente requiere más inversión de tiempo, pero eso puede ser una ventaja muy provechosa; y sabrosa.
Es la forma más sencilla porque solo tienes que introducir los boniatos enteros lavados, programar la olla y olvidarte por completo. Puedes usar la temperatura alta o la baja en función de cuándo quieras disfrutar de tus batatas recién hechas, ya que el tiempo de cocción oscila entre las tres y ocho horas, según el tamaño y el punto que se prefiera.
Con una Crock-Pot se obtienen boniatos cremosos, jugosos y muy aromáticos, de carne melosa y con un sabor intenso que casi iguala al obtenido en el horno. Al cocinarse lentamente en sus propios jugos, se caramelizan sus azúcares y liberan poco a poco ese olor tan reconfortante, dejando un delicioso perfume en la cocina y media casa.
Lavar muy bien los boniatos con agua del grifo o agua mineral, frotándolos a conciencia por todas partes. Se puede usar un cepillo especial para tubérculos. Secar con papel de cocina para terminar de retirar la posible suciedad, cortar los posibles restos de raíz o alguna parte fea, y volver a pasar por el agua.
Sacudir el exceso de líquido pero no volver a secarlos, que estén bien húmedos. Colocar en la cazuela de la olla de cocción lenta, a ser posible en una sola capa. Tapar y programar 4 horas en temperatura alta, o 7 horas en temperatura baja.
El tiempo final depende el tipo de boniato y del punto que nos guste. Comprobar, si es posible, la textura una media hora antes del final de los tiempos indicados. Girarlos con unas pinzas y continuar la cocción unos 30-60 minutos más, si fuera necesario.
Con qué acompañar los boniatos asados en olla de cocción lenta
Recién hechos, los boniatos asados son una delicia aderezados con mantequilla de calidad y pimienta, dejando que se funda lentamente y se mezcle con su carne cremosa. Podemos usarlos para preparar una crema de verduras al estilo de las de calabaza, añadiéndolo a otras hortalizas cocidas y un buen caldo.
Combinado con patata cocida, o simplemente enriquecido con nata o leche, tendremos un puré delicioso para servir de guarnición. Como postre humilde, también resultan exquisitos con miel, especias y unos frutos secos picados o castañas. Si sacamos la pulpa y la trituramos, podremos usarlo para acompañar platos de carne y pescado, disponiéndolo en forma de elegante quenelle, o para hornear panes y dulces, como los panellets o estos bocaditos de hojaldre.
En general, también es posible emplearlo comos sustituto de la calabaza en cualquier receta dulce, en la misma proporción. Con este método de cocinado aprovecharemos más su lado dulce caramelizado, perfecto para recetas como una tarta o bizcocho.
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