Cuando pensamos en recetas de pasta italiana, muchas veces nos da miedo excedernos con las calorías. Con esta receta de canelones de espinacas gratinados, podremos comer pasta sin remordimientos, ya que incluso la bechamel es muy ligera para que apenas aporte calorías a esta preparación.
Además la capa de bechamel es muy fina y solamente está en la parte superior, por lo que prácticamente estaremos tomando unas espinacas a la catalana presentadas en un envoltorio apetecible, que hará que los más pequeños de la casa se animen y acostumbren a disfrutar de este tipo de platos.
Esta receta estará especialmente sabrosa usando espinacas frescas de temporada, pero queda también estupendamente recurriendo a espinaca congelada, lo que nos permite disfrutar de ella todo el año.
Tenía en casa unas sobritas de espinacas a la catalana y decidí aprovecharlas usando una pasta llamada schiaffoni que podría describiros como medio canelón que me parece perfecta para usar en recetas de rellenos sencillos como la de hoy.
Para hacer estos mini-canelones de espinacas gratinados, cocemos la pasta según indica el fabricante y cuando está hecha, la enfriamos y escurrimos bien, procediendo a rellenarla y cubriendo de una salsa bechamel ligera, perfecta para cubrir los schiaffoni cuando estuvieran listos. Si no cuentas con sobras, siempre se puede hacer la receta de espinacas a la catalana desde cero exprofeso para preparar este plato, no lleva más de 20 minutos.
Tras rellenar la pasta Schiaffoni o las laminas para canelones, colocamos en una fuente, agrupándolos para que casi no quede espacio entre ellos. Después cubrimos con la salsa bechamel, espolvoreamos ligeramente con queso parmesano rallado y terminamos la receta horneando durante seis minutos y gratinando otros tres o cuatro hasta que la superficie esté dorada.
Fuente Horno Rectangular 5l 40,5x25x6,5cm
Con qué acompañar los canelones de espinacas
Como los canelones de espinacas a la catalana son bastante saciantes por la mezcla de pasta, bechamel y relleno, os proponemos un postre ligero para rematar el menú. Puede ser por ejemplo, una pieza de fruta de verano o unas trufas ligeras de chocolate y aguacate para darnos otra alegría al terminar.
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