Hoy vamos a encender el horno para preparar unos panecillos rústicos de aceitunas y sésamo, que seguro no van a servir para mejorar nuestros desayunos, porque estos panecillos son ideales para tomar con jamón, con anchoas y también por supuesto, con mantequilla o mermelada.
Como tienen un tamaño muy pequeño, estos bollitos también son estupendos para picoteo, aperitivos o comidas informales, en las que el toque de aceituna realza otros sabores como el de los quesos de untar, con los que funciona también muy bien.
Amasamos durante diez minutos la harina con la levadura, la sal y el agua, y dejamos reposar la masa durante 20 minutos a temperatura templada, junto a un radiador de casa. Una vez aumente de volumen, amasamos ligeramente para sacar el gas y añadimos la pasta de aceitunas negras o tapenade, mezclando hasta obtener una masa de color más o menos uniforme.
Dejamos reposar durante una hora para que la masa leve, y después la cortamos en bolitas de unos 50 g, metiendo cada una de ellas en el hueco de un molde para muffins donde las dejamos reposar otros 30 minutos.
Barnizamos ligeramente cada panecillo con un poco de yema y espolvoreamos con las semillas de sésamo para que queden bien adheridas. Cuando la yema se seque, metemos los panecillos en el horno caliente con vapor (o con una bandeja llena de agua), y los horneamos a 200º durante unos 20 minutos, hasta que la superficie se empieza a dorar.
Dejamos enfriar y ya tenemos listos unos panecillos crujientes por fuera, muy esponjosos en su interior y con un intenso sabor a aceitunas, con el que nuestro desayuno puede parecernos bien distinto, sabroso y original.
Con qué acompañar los panecillos de aceitunas con sésamo negro
Los panecillos de aceitunas con sésamo negro están buenísimos como pan, cuando queremos una variante a los panes tradicionales. Por su sabor a aceitunas, además de en el desayuno, es un pan que combina muy bien con las conservas, quesos y embutidos, y también con almejas o navajas a la hora del aperitivo.
