Hay días en que, aunque estemos algo perezosos, apetece cocinar, sobre todo si es para preparar una receta como este conejo confitado con romero y ajo, que se prepara casi solo y nos permite disfrutar de un plato de carne suave, blandita y con aroma a campo. Y es que preparado de esta manera el conejo, que ya de por sí es una carne con alto poder nutritivo pero muy baja en grasa, alcanza toda su ternez al ser cocinado lentamente en aceite y vino.
Como a este tipo de carne le van perfectamente las hierbas aromáticas yo en este caso me he decantado por el romero, pero por supuesto que podéis elegir otra a vuestra elección como el tomillo o incluso el orégano. Lo importante es que en el aceite se vaya infusionando el sabor de la hierba escogida para que le dé a la carne ese aroma inconfundible.
Comenzar salpimentando el conejo y pasándolo por harina, sacudiendo el exceso. En una sartén ir friendo los trozos de conejo en tandas y reservando en un plato. Una vez frita la carne disponerla en una cazuela de fondo grueso al fuego, añadiendo el romero y los dientes de ajo.
Verter el aceite de oliva y el vino blanco seco por encima de la carne y dejar confitar a fuego lento, pero manteniendo un punto flojo de ebullición y con la cazuela parcialmente tapada, durante dos horas o dos horas y media, dependiendo de la ternez de la carne.
Con qué acompañar el conejo confitado
El conejo confitado con romero y ajo se puede acompañar con un puré de patata casero y su propia salsa, patatas asadas o incluso con unas verduras a la plancha. Vais a comprobar que casi sin trabajo habéis conseguido un plato sabrosísimo y con el que podéis quedar como reyes.
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