Hoy vamos a preparar un Philadelphia cheesesteak: el mítico bocadillo de ternera y queso fundido de la ciudad de Filadelfia con cebolla confitada que está tan bueno, que consigue la felicidad de todos los que lo prueban, desde que dan el primer mordisco.
Pan tostado con mantequilla de ajo, cebolla caramelizada y la carne de la mejor ternera cortada en tiras, todo ello cubierto con queso fundido para amalgamar todo, nunca pueden fallar. Si consigues un punto jugoso en la carne, con el Philly cheesesteak sandwich tienes el éxito asegurado.
No es de extrañar que este plato con origen en la street food o comida callejera de esta ciudad americana, sea tan popular en Estados Unidos y se haya hecho famoso en todo el mundo. Para que tú también puedas probarlo, sigue nuestra receta y entenderás por qué está tan rico.
Para hacer dos bocadillos como el de la foto, empieza por preparar mantequilla con ajo y untar el pan abierto longitudinalmente sin separar las dos mitades, -como cuando hacemos un perrito caliente-. Tostar en la plancha y reservar. Cortar la cebolla en juliana y confitarla a fuego lento de la manera que os enseñamos en la receta de cebolla caramelizada. Reservar.
Cortar el entrecot en tiras. Freír las tajadas de carne o dorarlas en la plancha hasta el punto deseado. Una vez al punto, reservamos en caliente. Fundimos el queso provolone o chedar en una sartén. Cuando está fluido, ya tenemos todo listo para montar el bocadillo.
Sobre el pan tostado con mantequilla de ajo, ponemos la cebolla caramelizada. Sobre ella, extendemos las tiras de carne y las cubrimos con abundante queso fundido. Tapamos con la otra mitad de pan y todo listo para disfrutar.
Opcionalmente, hay quien, después de tostar el pan, lo unta con un poco de mayonesa, aunque personalmente, creo que tapa los demás sabores y he preferido no añadirla, pero lo dejo a vuestro gusto.
Con qué acompañar el mítico Philadelphia cheesesteak
Para acompañar este fantástico bocadillo Philadelphia cheesesteak puedes preparar unas clásicas patatas fritas en dos cocciones, o hacer unas patatas gajo especiadas, que complementan perfectamente el plato, aunque dada la carga calórica de todos los ingredientes, quizás sea mejor pensar en una ensalada variada perfecta para compensar.
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