Hace años, los únicos dónuts que conocíamos en España eran los agujereados, tipo rosquilla, con glaseado de azúcar o de chocolate. Poco a poco, fueron entrando nuevas formas y sabores hasta alcanzar la oferta de la que podemos disfrutar en la actualidad. Múltiples opciones de formas, toppings y rellenos. De todas ellas, mi favorita son los dónuts rellenos de mermelada.
Elaborarlos con masa madre los hace más sabrosos, si cabe, y permite que aguanten más tiempo tiernos. Aunque, con lo deliciosos que son, es implanteable que sobre ninguno, por lo que no hay que preocuparse de cómo conservarlos. No obstante, si esto ocurriera, podemos guardar los dónuts rellenos de mermelada con masa madre dentro de una bolsa de plástico y en la nevera hasta un máximo de 24 horas.
Empezamos por la elaboración de la masa. Para ello, podemos utilizar un robot de cocina, colocar todos los ingredientes, excepto la mantequilla, en su vaso y programar el amasado durante cinco minutos. Es importante sacar todos los ingredientes de la nevera con antelación, para que se atemperen y la masa pueda fermentar sin esfuerzo. Si optamos por realizar el proceso a mano, inicialmente mezclamos los ingredientes en un cuenco y terminamos el amasado sobre una superficie limpia.
Una vez finalizado el tiempo de amasado, incorporamos la mantequilla. Esto lo haremos en pequeños trozos, amasando y esperando a que se integren en la masa antes de añadir más mantequilla. Notaremos cómo la masa va cambiando de textura, volviéndose cada vez más suave y elástica.
Engrasamos un recipiente con mantequilla, vertemos la masa en su interior, espolvoreamos con una pizca de harina y cubrimos con un trapo. Dejamos fermentar la masa en un sitio protegido de corrientes de aire y cambios de temperatura, preferiblemente a 22-24ºC.
Cuando la masa haya doblado su volumen, la amasamos de nuevo para desgasificar. La dividimos en porciones de 60 gramos, un total de 12, y las boleamos. Espolvoreamos con harina dos bandejas de horno y colocamos seis sobre cada una de ellas, separadas entre sí. Cubrimos las bandejas con dos paños y dejamos fermentar de nuevo hasta que las bolas doblen su tamaño.
Mientras fermenta la masa, preparamos el relleno. Para ello, llenamos un cuenco con agua fría e hidratamos en ella las hojas de gelatina durante cinco minutos. En un pequeño cazo, calentamos la mermelada. Cuando comience a hervir, lo retiramos del fuego y agregamos las hojas de gelatina escurridas. Removemos hasta integrar y dejamos atemperar. Rellenamos una manga pastelera, con una boquilla para rellenar, y reservamos.
Una vez que la masa haya fermentado por segunda vez, la freímos. En una sartén honda, calentamos abundante aceite a una temperatura de 175-180ºC. Cogemos cada bola con sumo cuidado, procurando no manipularlas en exceso para no desgasificar, y freímos durante uno o dos minutos por cada lado. Al retirarlas del aceite, las colocamos sobre papel absorbente para escurrir el exceso de grasa.
Cuando los dónuts estén bien fríos, y no antes, los pasamos por azúcar y procedemos a rellenar. Clavamos la boquilla de la manga pastelera en la línea blanca que divide cada donut y presionamos al tiempo que deslizamos la boquilla hacia el exterior.
Con qué acompañar los dónuts rellenos de mermelada con masa madre
Estos dónuts rellenos de mermelada con masa madre harán las delicias de los más golosos. Lo mejor es consumirlos frescos y en buena compañía, acompañados de un buen vaso de leche a la hora de la merienda. Podemos sustituir el relleno de mermelada por crema pastelera, de chocolate, de toffee o prescindir de él. Estarán igualmente deliciosos.