El sirope de arce llegó a nuestras vidas a través de las pantallas del cine y la televisión, siempre acompañando las tortitas americanas. Hoy es fácil de encontrar en casi cualquier supermercado, y si tienes una botella en la despensa sin saber muy bien cómo darle salida, esta receta de bizcocho con espelta integral puede ser la solución que buscabas.
Es un bizcocho casero muy sencillo y sin aspavientos, pero que gracias al sirope canadiense y el curioso toque de salsa de soja adquiere unos aromas y texturas muy especiales. La soja simplemente sustituye a la sal, pero aporta además una intensidad de sabor con umami que redondea el conjunto, y potencia los toques tostados del jarabe. Se puede omitir y usar sal normal.
Como describe la autora de la receta que hemos adaptado, al endulzar el bizcocho solo con sirope de arce obtenemos una miga muy tierna y jugosa, con una corteza fina y tostada que consigue un punto crujiente delicioso. Podríamos sustituirlo por otro endulzante líquido como miel, sirope de ágave o de dátil, aunque entonces cambiaría por completo el sabor y probablemente la textura, así que no podemos poner la mano en el fuego por los resultados obtenidos en cada caso.
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Forrar el fondo de un molde redondo desmontable de 20 cm con papel de hornear, y engrasar los laterales con mantequilla.
Batir la mantequilla blanda troceada con el sirope de arce, la salsa de soja o sal, la vainilla y la ralladura de limón, con batidora de varillas, varios minutos hasta lograr una crema homogénea y suave.
Añadir los huevos batiéndolos de uno en uno, echando el siguiente después de incorporar el anterior con la batidora. Agregar las harinas y la levadura, batir a velocidad baja ligeramente, echar la leche y batir un poco más hasta tener una masa homogénea.
Llenar el molde y hornear durante unos 40 minutos, o hasta que al pinchar el centro con un palillo salga limpio (solo con algunas miguitas adheridas). Esperar fuera del horno unos minutos antes de desmoldar y enfriar por completo sobre una rejilla.
Con qué acompañar el bizcocho de sirope de arce
En casa los bizcochos aromáticos nos gustan sin florituras, pero se podría transformar en un postre más vistoso si lo cubrimos con azúcar glasé o un glaseado sencillo con algo de zumo de limón, un poco de nata montada y frutos rojos, o mermelada de naranja. Como acompañamiento sí que tenemos los sospechosos habituales para elegir en el desayuno, merienda o sobremesa; leche, café, té, una bebida vegetal o una copita de licor dulce pueden ser estupendas opciones.
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