Este postre recuerda un poco a las natillas, pero tiene personalidad propia. No es fácil de bautizar, pero dejémoslo en postre con leche sin horno y en cinco minutos. Haceros el favor de prepararlo ya. No os va a defraudar.
Hacerlo es pan comido. Solo tenemos que introducir 150 g de leche condensada, 2 cucharadas de Maizena, 100 ml de nata líquida para montar, 1 yema de huevo, 20 g de mantequilla fundida, 250 ml de leche y una cucharadita de esencia de vainilla en una cacerola.
Trituramos todo con una batidora de mano hasta obtener una mezcla homogénea. Calentamos a fuego medio y removemos sin parar hasta que la mezcla espese.
Una vez tengamos una textura similar a la de las natillas, transferimos a cuatro copas, vasos o cuencos y dejamos enfriar antes de servir.
Podemos decorar nuestra crema con frutos secos, fruta fresca, hojas de menta, chocolate, galleta triturada y mucho más, aunque está buena sin más añadidos.
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