Mi casa, las escaleras de la comunidad y juraría que incluso mi barrio, huelen hoy a chocolate, gracias a estas galletas de chocolate y melaza. Me parece mentira que este aroma pueda impregnar todo un edificio con tan solo abrir y cerrar la puerta del horno durante unos momentos.
En otro sentido, necesito consejo, creo que mi hija, mi sobrina y mis cuñados se están convirtiendo en chocoadictos y, lo peor es que me lo piden a mí, cada vez que les apetece comer alguna cosa con chocolate, tengo que pensar en el tema, porque no sé si desengancharlos o cobrarles.
Los ingredientes
150 gramos de chocolate para cobertura, 100 de mantequilla sin sal, 220 gramos de harina, 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar, 1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio, 1/4 cucharadita de sal, 100 gramos de azúcar moreno, 1 huevo grande, 2 cucharadas de melaza de arroz, 1 cucharadita de extracto de vainilla, azúcar glas para decorar.
La preparación de las galletas de chocolate y melaza
Precalentamos el horno a 180º C.
Derretimos el chocolate y la mantequilla, removiendo constantemente y teniendo cuidado que no se pegue (lo podemos hacer al baño maría, al microondas o directamente en un cazo al fuego). Retiramos de fuego y dejamos que vaya enfriando.
En un bol, mezclamos la harina, el cacao, el bicarbonato de sodio y la sal. Añadimos a continuación el azúcar moreno, el huevo ligeramente batido, la vainilla, la melaza y el chocolate derretido que teníamos enfriando. Removemos y mezclamos bien.
En la bandeja del horno, ponemos papel de horno y sobre el papel vamos colocando cucharadas de la masa de galleta, dejando un par de centímetros entre ellas, para evitar que se peguen ya que al calentarse se dilatan.
Horneamos las galletas durante 12 minutos, retiramos, dejamos enfriar y espolvoreamos con azúcar glas.
Tiempo de preparación | 20 minutos
Tiempo de cocción | 12 minutos
Dificultad | Baja
La degustación
Serviremos las galletas de chocolate y melaza, una vez frías.
Cuando las retiremos del horno nos puede dar la sensación que están todavía tiernas, pero no debe preocuparnos, ya que según van enfriando van quedando de una textura crujiente.
La melaza de arroz también puede ser sustituida por miel de caña.
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