El banoffee es un pastel de origen británico nacido en los años setenta en el restaurante The Hungry Monk. Poco a poco se hizo tan popular en el menú de este local que nunca podían prescindir de él, haciéndose famoso mundialmente. El pastel original está hecho de plátano, caramelo y nata con una base de galletas y mantequilla, buenísimo, pero hoy lo presentamos de manera individual como banoffee en vaso, mucho más sencillo.
Este es un postre de los que no da pereza preparar, lo más engorroso de todos los pasos es batir un poco de nata, así que con eso ya os podéis imaginar el nivel de dificultad. Una vez hecho solo necesita un ratito de frío y ya está listo para disfrutar de un postre clásico y con nombre propio.
Cada copa de banoffee llevará la cantidad indicada. Solo tendréis que aumentar proporcionalmente los ingredientes según la cantidad de vasos que queráis preparar.
Comenzaremos machacando groseramente las galletas y mezclándolas en un bol con la mantequilla derretida. Seguidamente echamos tres cuartas partes de las migas de galleta en el fondo del vaso donde lo vayamos a servir.
Montamos la nata con el azúcar moreno y la disponemos en una manga pastelera para echarla más cómodamente.
Cortamos el medio plátano en rodajas y lo añadimos encima de la base de galletas, vertemos el dulce de leche y añadimos la nata montada, espolvoreando finalmente el resto de galleta triturada. Dejamos refrigerar durante una hora antes de servir para que se asienten los sabores.
Con qué acompañar el banoffee
Fácil y rápido, este banoffee en vaso es raro que no guste a todo el mundo. Aún a pesar de llevar aparentemente ingredientes muy densos es un postre fresco y nada pesado, ideal para acabar de una forma muy sencilla cualquier cena o comida, con el café de sobremesa.
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