Muchos no se dan cuenta de este fácil remedio para que el electrodoméstico luzca tan bonito como higiénico
Pocas cosas son tan frustrantes como mirar un horno reluciente por fuera y descubrir que el doble cristal de la puerta está opaco y lleno de grasa. Esa capa de suciedad parece resistirse a todos los intentos de limpieza y puede hacer que la cocina parezca menos higiénica, aunque esté en perfectas condiciones.
No es solo un problema estético: un cristal sucio dificulta ver los alimentos durante la cocción y afecta la percepción general del orden en la cocina. Parece que los inquilinos no lavan y que todo tiene esa pátina grasienta casi invisible pero perceptible.
Mantener el horno limpio no es solo una cuestión visual, sino de mantenimiento a largo plazo. La acumulación de grasa y restos de comida puede generar malos olores, reducir la eficiencia del electrodoméstico e incluso acortar su vida útil.
Aunque muchos se esfuercen por limpiar las paredes interiores o las bandejas, el doble cristal de la puerta suele quedar olvidado, acumulando suciedad durante meses. Esto es así porque no es accesible realmente.
De hecho, el doble cristal de la puerta del horno es una de las zonas más difíciles de limpiar. Por lo general, desmontar la puerta puede ser complicado y poco práctico para quienes buscan soluciones rápidas.
Sin embargo, hay un truco sencillo que permite limpiar esta área problemática sin necesidad de desmontar nada. Este método es especialmente útil para hornos modernos, que suelen tener pequeños espacios diseñados para facilitar esta tarea sin que nos hayamos percatado de ello.
Lo primero de todo es fijarse detenidamente en el horno. Con esta simple acción se descubrirá, en el caso de los modelos más recientes, que cuentan con una pequeña abertura lateral o superior en la puerta, prácticamente imperceptible, que permite acceder al espacio entre los cristales sin desmontarlos.
Para ello, necesitarás una bayeta humedecida en una mezcla de bicarbonato de sodio y agua. Este compuesto tiene propiedades abrasivas suaves que ayudan a desintegrar la grasa sin dañar las superficies.
Con cuidado, introduce la bayeta a través de la abertura y limpia toda la superficie interna hasta eliminar los restos de suciedad. Quizás necesites ayudarte de un objeto alargado, como una espátula, para llegar a toda la extensión.
Aplicar bicarbonato
El bicarbonato de sodio no solo es un producto económico, sino también muy versátil. Además de ser seguro para electrodomésticos como el horno, es capaz de eliminar grasa y residuos quemados con facilidad. Ahora bien, al usarlo para limpiar el doble cristal, es importante asegurarse de que el paño esté bien escurrido para evitar que el líquido se filtre a otros componentes del horno.
Para evitar que la suciedad del doble cristal se convierta en un problema recurrente, lo ideal es realizar una limpieza cada seis meses. Esto no solo mantendrá el horno reluciente, sino que también reducirá el tiempo y esfuerzo necesarios en cada sesión de limpieza. Con un mantenimiento regular, la acumulación de grasa será mucho más fácil de controlar.
Con este sencillo truco, limpiar el doble cristal del horno deja de ser una tarea intimidante. Aunque puede requerir algo de tiempo y paciencia, el resultado merece la pena: un horno limpio por dentro y por fuera, que no solo lucirá mejor, sino que también funcionará de manera más eficiente.
Foto | AS Photography
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