El relaxing cup of café con leche, mejor no en Plaza Mayor

Creo que a estas alturas, todos los presentes hemos oído la presentación de Ana Botella ante el COI en Buenos Aires, en especial la parte en la que nos invita a tomar un relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor (así, como suena), si bien quizás la Plaza Mayor de Madrid no sea el mejor lugar para tomar un café.

Otrora mercado principal de la villa cuando era conocida como plaza del Arrabal en el siglo XVI, fue en 1580 cuando Felipe II encargó la remodelación de la plaza, que concluiría en 1617 Felipe III. Su característica forma cerrada con arcos de acceso, no obstante, llegó en 1790 con la reconstrucción de Juan de Villanueva (que no se acabaría hasta 1854) tras un gran incendio que arrasó un tercio de la plaza.

Su función en la ciudad ha pasado por muchos usos, desde el inicial como mercado hasta otros como escenario de actos públicos (como corridas de toros o ejecuciones y beatificaciones). Sin embargo, actualmente es un importante punto turístico en el que la mayor actividad es hostelera, con abundancia de bares y restaurantes. Eso sí, aún se conserva el tradicional mercado navideño (su origen se remonta a 1860) y también el mercado de filatelia y numismática los domingos y festivos por la mañana.

Diría uno que no es, pues, mal sitio la Plaza Mayor para tomar un relaxing cup of café con leche, pero la realidad es que las probabilidades de encontrar un local agradable en la plaza donde tomarse un café sin sentirse un turista son reducidas, amén de que estaremos pagando una cantidad nada relajante de dinero por un café con leche que, por si Ana Botella no es consciente, es una bebida más bien excitante.

Por si eso fuera poco, lo suyo en la Plaza Mayor no es tomarse un café con leche, sino más bien un bocata de calamares, aunque mi recomendación es que tampoco lo hagáis en la propia plaza, ya que según nos alejamos de ella por las calles laterales, mejora la calidad del bocadillo y se reduce su coste.

Si tuviera que mencionar un local, lo haría por La Ideal, en la calle de La Botonera, que aunque no es precisamente el paraíso ni mucho menos --especialmente en lo que a limpieza se refiere-- conserva un cierto encanto ochentero, y los precios son mucho más razonables. Tampoco esperéis el bocadillo de vuestra vida, pero si os ataca el hambre o el espíritu del turista, puede ser una de vuestras tablas de salvación, aunque no la única, claro.

En cuanto al asunto del café, hay mejores sitios en Madrid para disfrutar de uno. Obviamente en cualquier cafetería de la plaza se puede pedir uno, pero si estamos hablando de un buen café, entonces mejor desplazarnos un poco a Ingredientes:Café en la calle postas, donde encontraremos un local regido por venezolanos que nos servirán encantados un relaxing cup of café con leche. También podemos acercarnos a Sol a disfrutar de la pastelería La Mellorquina o al pasadizo de San Ginés, cruzando la calle Mayor, para ir a la chocolatería San Ginés.

Por otro lado, si no es estrictamente necesario tomarse el café cerca de la Plaza Mayor, en ese caso os recomiendo la guía con los mejores sitios para desayunar en Madrid de mi compañera Beatriz Serrano, entre los que destacaría el Café Comercial en la Glorieta de Bilbao, por castizo y típico, sin dejar de resultar agradable.

Imágenes | Wikimedia Commons (I y II) En Directo al Paladar | La cafetera italiana cumple 80 años

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